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2025, año jubilar: Resumen de Ultreya de octubre
Por Leonor Asilis
El miércoles 2 de octubre se celebró en el Auditorio Amancio Escapa de Casa San Pablo, la Ultreya Arquidiocesana de Santo Domingo teniendo como Parroquia Madrina a la P. Santa Rosa de Lima y como expositor invitado a Su Excelencia Monseñor Faustino Burgos Brisman, CM, Obispo de la Diócesis de Baní con el tema: «2025, año jubilar» la cual se puede seguir a través de la cuenta de YouTube de nuestro Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
A continuación un resumen del tema.
Monseñor Faustino Burgos Brisman, CM, abordó el tema del Año Jubilar 2025 destacando su importancia espiritual y su conexión con la esperanza. Su lema: «La esperanza no defrauda».
Monseñor Burgos Brisman anunció que el Año Jubilar 2025, convocado por el Papa, comenzará formalmente el 25 de diciembre de 2024 con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro (Roma).
Este evento será inaugurado por el Santo Padre, quien también abrirá puertas en otras basílicas durante los días siguientes, simbolizando un tiempo de perdón y reconciliación. La homilía hizo hincapié en que el Jubileo es un llamado a todos los fieles a buscar la misericordia de Dios, abriendo así caminos para la paz interna y comunitaria.
Nuestro obispo invitado también recordó que el Papa Francisco ha designado el año previo como un «año de preparación y oración», instando a los fieles a reflexionar sobre la oración del Padre Nuestro, que es fundamental en la vida cristiana. Además, resaltó que el Jubileo no sólo se trata de la experiencia individual de perdón, sino que abarca un deseo de transformación social y comunitaria.
En su explicación sobre el concepto de Año Jubilar, Mons. Burgos Brisman hizo referencia al Antiguo Testamento, donde se menciona el año sabático (año de descanso) y el Año Jubilar, que cada 50 años permite el perdón de las deudas y la restitución de tierras y libertades. Esta práctica es vista como un reflejo de la misericordia divina hacia la humanidad.
El mensaje central de la homilía aboga por una conversión interior necesaria para recibir los dones y gracias que el Señor ofrece, así como la importancia de vivir el júbilo que acompaña al perdón. Monseñor destacó que cada cristiano está llamado a ser un «mensajero de la esperanza», especialmente en un mundo marcado por conflictos y divisiones.
Finalmente, terminó exhortando a todos los presentes a prepararse espiritualmente para este Año Jubilar, enfatizando que la oración será un eje fundamental para vivir esta experiencia de manera plena y así llevar a cabo una transformación profunda en el mundo actual. Mons. Burgos Brisman terminó su homilía pidiendo a Dios la gracia para vivir y transmitir esta invitación a la reconciliación y el perdón, asegurando que donde hay un cristiano, debe haber alegría y esperanza.