Especialista de la conducta hace recomendaciones de cómo gestionar días de fiesta para personas con alguna condición del neurodesarrollo
La música, los juegos pirotécnicos, los adornos e, incluso, ciertos aromas, podrían dar lugar a una sobre estimulación, alterando a las personas que tienen trastornos del neurodesarrollo, particularmente del espectro autista (TEA), síndrome de Down y algunas discapacidades intelectuales.
Santo Domingo. – La Navidad es una época muy esperada por los dominicanos y la forma de celebrarla implica compartir en familia y con amigos entre actividades adaptadas a nuestra cultura alegre en las que se incluyen comidas, música, luces, adornos y el uso de pirotecnia.
Y si bien muchos pueden disfrutar de todos estos estímulos, resulta que, para algunas personas con condiciones específicas, especialmente niños y niñas, puede resultar no tan divertido pues les generan estados emocionales alterados.
Ruth Esther Kelly Rubio, psicóloga de evaluación, diagnóstico y terapia conductual de Rehabilitación, ofrece algunas orientaciones a las familias con integrantes que tengan algún trastorno o discapacidad, sobre cómo gestionar las celebraciones, incluyéndoles, sin que implique que presenten episodios de ansiedad o de crisis emocional.
La profesional indica que, tal como celebramos la Navidad en nuestro país “El alto volumen de la música, los fuegos artificiales e, incluso, ciertos aromas, podrían dar lugar a estrés y sobre estimulación, alterando a los niños con trastornos del neurodesarrollo, particularmente con los del espectro autista (TEA), síndrome de Down y discapacidad intelectual.”
Puntualiza que es importante que toda la familia participe de las actividades y recomienda moderar los estímulos luminosos y auditivos. “Lo ideal es que los niños y niñas sean parte del proceso de preparación de la decoración, los alimentos, ir adaptándolos de forma gradual, que se familiarice con esas novedades como son las luces, los sonidos, los olores, y los integre a su experiencia, para cuando llegue la nochebuena o fin de año, no le resulten extraños.
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Chile, citado por la revista Chilena de Terapia Ocupacional, sobre las experiencias de familias latinas con niños en el espectro del autismo, se concluyó que los primeros signos de TEA se producen en la dinámica familiar y muchos de estos primeros signos están relacionados a procesamiento sensorial ligado al ambiente.
La realidad es que, muchas veces, los padres de estos niños no son conscientes de cómo les afectan las celebraciones, según aclara Kelly Rubio y añade que “estas señales de molestia se expresan con llanto inconsolable, gritos, golpes, conductas agresivas o autolesivas. Sin embargo, otras pueden pasar desapercibidas a través del aislamiento o simple cohibición.”
La misma publicación chilena publicó en 2020 que la prevalencia de trastornos del espectro autista (TEA) ha aumentado de manera alarmante a nivel global, estimando que 1 de cada 54 niños los tiene, “aunque en América Latina las estadísticas son menos claras, pero se estima un número similar”.
Fiestas inclusivas: recomendaciones a los padres
Es importante que, en las actividades familiares, cada uno se integre y aporte desde lo que es y desde lo que sabe y puede hacer.
La Navidad está a la vuelta, fin de año, Reyes Magos. La experta Ruth Kelly explica que lo importante es que todos los miembros de la familia puedan disfrutar sin que la felicidad de unos altere a los que son más sensibles a estímulos sensoriales, por lo que recomienda que, en las actividades familiares, cada uno se integre y aporte desde lo que es y desde lo que sabe y puede hacer.
Con esto no solo podremos disfrutar de una Navidad inclusiva, sino que la celebración ayudará a fomentar la autoestima en todos, haciéndoles sentir valiosos y apreciados, asegura Ruth, quien ofrece unas pautas específicas para que los padres logren esas fiestas más inclusivas para los niños y niñas con discapacidad intelectual u otra condición:
- Usar calendarios visuales para anticipar los cambios que trae esta temporada.
- Integrar la lectura de cuentos, escuchar música suave y canciones simples
- Decoración y manualidades adaptadas a sus intereses y habilidades particulares (decoración de galleta de navideña, coloreado y hacer figuras con plastilina son algunas opciones).
- Tanto si tenemos un hijo con TEA o si invitamos a una familia en la que hay un niño con este trastorno, debemos atender a algunas situaciones relacionadas con la decoración del espacio donde tendrá lugar la reunión. Por esa razón es preciso crear espacios que proporcionen calma y relajación.
- Es recomendable ir graduando la decoración que se colocará. Para los niños con TEA, puede ser difícil de manejar debido a los cambios, ya que no les agrada cuando varía su rutina.
- Sensibilización y empatía del entorno en que se desarrolla el niño o niña.
Ahora bien, la experta determina que en caso de que no sea posible controlar todas estas situaciones, se puede buscar la manera de tener un espacio neutro, donde el niño con determinada condición pueda estar en calma, pero solo cuando se necesite, ya que la idea es que se integre y no que se aísle.
Ruth Kelly Rubio concluye que el punto es lograr que las familias disfruten respetando siempre la diversidad y las condiciones particulares de cada miembro y exhorta a los padres a aprovechar las reuniones navideñas para identificar comportamientos inusuales de sus hijos, para que sean abordados luego por un profesional y así mejorar la comprensión y el manejo con estos niños/as en el núcleo familiar.
Sobre la especialista
Ruth Esther Kelly Rubio es psicóloga de evaluación, diagnóstico y terapia conductual del departamento de psicología en la sede de Rehabilitación. Es egresada de la Universidad Nacional Evangélica (UNEV) y posee un máster en Ciencias del Matrimonio y Familia de la Pontificia Universidad Lateranense de Valencia, España.