Editorial: Urge cumplan Ley de Autismo
En la encrucijada del tiempo, donde los días se convierten en meses y los meses en años, el reloj de la justicia social no puede seguir marcando el compás de la espera.
El 4 de febrero, una fecha que trasciende la mera cifra en el calendario, marca el vencimiento del plazo estipulado para la entrada en vigor del reglamento de la ley destinada a abordar el trastorno autista en la República Dominicana.
La urgencia no es solo un llamado a la acción, sino un eco resonante de las miles de familias que enfrentan la discriminación diaria y carecen de los recursos necesarios para atender a sus seres queridos con autismo.
Es un grito ahogado por la incertidumbre, pero que resuena en la exigencia de cumplimiento de una legislación largamente esperada.
El coordinador de la Mesa de Diálogo por el Autismo, el periodista Fernando Quiroz, ha elevado su voz como portavoz de una causa que trasciende lo personal para convertirse en un imperativo moral y legal.
Su llamado al presidente Abinader para que anuncie acciones concretas en cumplimiento de la normativa es una demanda justa y necesaria.
La Ley 34-23 de Atención, Inclusión y Protección para las Personas con Trastorno del Espectro Autista es más que un documento legislativo; es un rayo de esperanza para cientos de familias que han luchado incansablemente por la inclusión y el bienestar de sus seres queridos.
Sin embargo, su efectividad radica en la pronta implementación de medidas concretas que garanticen su cumplimiento.
Es imperativo que el gobierno del presidente Luis Abinader, luego de promulgar esta ley, se comprometa activamente a su aplicación. La creación de programas que atiendan las necesidades de las personas con TEA, la asignación de partidas presupuestarias específicas y la coordinación entre diferentes entidades gubernamentales son pasos esenciales en este camino hacia la inclusión y la igualdad de oportunidades.
No podemos permitir que la ley se convierta en un mero documento ineficaz, sino que debe ser un instrumento vivo que transforme la realidad de aquellos que más lo necesitan.
El compromiso del periodista Quiroz y de tantos otros activistas por la inclusión debe ser correspondido con acciones tangibles y resultados concretos. El tiempo de la espera ha llegado a su fin.
Es hora de que el gobierno cumpla con su deber, no solo por obligación legal, sino por un imperativo ético y humano.
Las familias afectadas por el autismo merecen más que promesas vacías; merecen acciones que transformen sus vidas y les brinden la dignidad y el respeto que tanto anhelan y merecen.
Exigimos cumplimiento. Respeto.