Valencia, de la catástrofe a la solidaridad
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
El reciente fenómeno atmosférico vivido con terror en la ciudad de Valencia, España impactó a nivel mundial. Observamos cómo el mar, con una presión tan alta derribaba puentes, vehículos, personas y establecimientos, ante la consternación e indignación de sus ciudadanos, que muchas veces gritaban “¡Madre Mía!”.
El miedo, la inseguridad, la rabia, la ansiedad, el dolor y la impotencia que producen los fenómenos de la naturaleza, lamentablemente nos dejan como enseñanza que todo lo material puede perderse de la noche a la mañana. Al final, lo que queda es luchar por sobrevivir y proteger al tesoro que representa la familia.
En medio de toneladas de lodo, era estremecedor ver los rostros de ancianos en sus sillas de ruedas en un asilo, con el agua hasta las rodillas, sin poder hacer nada debido a sus discapacidades motoras.
Cuando ocurren estos fenómenos, cada segundo de vida es valioso. Sin embargo, ante el trauma vivido, todo parecía un túnel sin salida, agravado por la falta de ayuda inmediata de las autoridades, una situación que ha sido muy criticada.
Aún así, es admirable la gran masa de personas que se ha unido, sin importar edad, para desplazarse caminando kilómetros y decir presente con cualquier ayuda que puedan brindar por más mínima que parezca. Todos trabajando juntos para asistir a los necesitados, una situación de la que nadie está exento de ser afectado.
Un pueblo unido para ayudar al prójimo y la cantidad de nobles corazones observados nos hacen reflexionar que no es cierto que después de la pandemia, nos hayamos deshumanizado por completo.
La voluntad y determinación de asistir a los valencianos ha hecho que adultos y jóvenes tomen picos, palas, escobas, cubos y todo tipo de artículos para contribuir con alimentación, vestimenta y medicinas, ofreciendo un valioso servicio social de forma incondicional, lo cual es admirable y merece ser visibilizado.
La solidaridad es un valor que engrandece al ser humano y ha de fomentarse desde la primera infancia, en el marco de una crianza respetuosa, amorosa y con límites claros.
He quedado admirada de la unidad para asistir a los valencianos, aún en medio del dolor por tantas pérdidas humanas ocasionadas según denuncias por las ineficiencias de las autoridades, pero con la empatía y solidaridad de miles de almas nobles que son una inspiración de esperanza y paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur