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Importancia de un diagnóstico preciso en TDA y autismo
Por Manuel Mota-Castillo, Perspectiva psiquiatra
Los trastornos del desarrollo, como el trastorno por déficit de atención (TDA) y el autismo, requieren un enfoque diagnóstico cuidadoso basado en criterios clínicos bien fundamentados. Una evaluación precisa no solo garantiza un tratamiento adecuado, sino que también evita confusiones que pueden surgir de diagnósticos erróneos.
En el caso del TDA, la falta de atención suele ser el síntoma más notable, pero puede tener múltiples causas subyacentes. Condiciones como hipertiroidismo, malnutrición, migrañas, estrés postraumático, fobia social, bipolaridad o trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) pueden provocar síntomas similares. Por esta razón, el diagnóstico del TDA debe realizarse tras descartar otras posibles explicaciones.
Por otro lado, el autismo presenta una serie de características específicas que deben ser cuidadosamente evaluadas. Entre ellas destaca un déficit persistente en la comunicación e interacción social, según lo definido por el Instituto Nacional de Salud Mental. Este déficit puede manifestarse como dificultades en la reciprocidad emocional, patrones repetitivos de comportamiento e hipersensibilidad a estímulos sensoriales.
Es importante tener en cuenta que algunos síntomas pueden superponerse entre diferentes trastornos, lo que puede llevar a confusiones diagnósticas. Por ejemplo, un niño que presenta ansiedad o comportamientos obsesivos podría ser confundido con un diagnóstico de autismo si no se evalúan cuidadosamente las características esenciales del trastorno.
El tratamiento también debe ser cuidadosamente adaptado a las necesidades individuales de cada paciente. Medicamentos utilizados para el TDA, como las anfetaminas, pueden no ser adecuados para personas con autismo, ya que podrían intensificar ciertos síntomas. Por el contrario, otros tratamientos, como la risperidona, han demostrado ser efectivos en el manejo de algunos comportamientos asociados con el autismo.
En conclusión, un diagnóstico diferencial cuidadoso y basado en evidencia es fundamental para garantizar que cada persona reciba el tratamiento más adecuado para su situación, evitando errores que puedan impactar negativamente su bienestar.
El autor es médico psiquiatra.