La importancia de la institucionalidad en las entidades públicas
Desde mi Perspectiva
Alliett Ortega
Esta semana quiero que hablemos de la institucionalidad, y su importancia en las instituciones públicas, en nuestro anterior artículo les compartí el concepto de Buen Gobierno, y que para el mismo sea un hecho, debe ser mediante la estrategia de la gobernanza la cual es el mecanismo para llegar a la gobernabilidad, el objetivo final, o lo que sería lo mismo, que existiera un “buen gobierno”. Pues la institucionalidad no es más que el conjunto de creencias, ideas, valores, principios, representaciones colectivas, estructuras y relaciones que condicionan las conductas de los integrantes de una sociedad, caracterizándola y estructurándola (Correa, 1999). Y es que lo institucional supone un proceso sistemático de consolidación (permanencia y uniformidad) de conductas e ideas a través de medios e instrumentos (organizaciones y normas) para alcanzar un fin social, cuya expresión práctica se asimila como valores.
Analizar la institucionalidad en el Estado dominicano causa, a veces, impotencia, digo esto a propósito de los múltiples temas más debatidos en los últimos días en los medios de comunicación, específicamente (corrupción administrativa) y las situaciones que puede provocar a nivel institucional el no actuar drásticamente y poner ejemplo, que es una de las cosas que hacen falta en este país, no tenemos un régimen de consecuencias robusto, a nivel de administración pública nos manejamos con leyes muy nobles que recomiendan sanciones, que para los hechos pueden parecer burla, por lo que deben de irse al plano penal. Establecer mecanismos para que un asunto se instituya, nunca debe estar en manos de una persona, debería ser el producto de un conjunto de acciones socializadas, como plataforma legal y legítima, sobre todo si trata de un manejo justo de los recursos del Estado, y es que al reflexionar sobre la palabra institucionalidad en lo referente a los mecanismos de control que sirven para crear las condiciones estructurales e integrales de la sociedad, hablamos del ideario de igualdad de posibilidades entre actores, de lo contrario estaríamos en un Estado desordenado y por demás injusto.
En un Estado Social Democrático y de Derechos no puede haber la mínima oportunidad para que un grupo sea beneficiado en detrimento de los demás, mucho menos que puedan tomar iniciativas para favorecerse, creando trajes a la medida, y es que el Estado, y su administrador El Gobierno, deben de orientarse hacia una nueva institucionalidad, o la creación de la misma, orientada a ser cimentada en los códigos de una nueva etica social política que, por supuesto demanda nuestra sociedad que está en desarrollo; así mismo debe garantizar éxito en el impacto de las políticas de Estado en el Ámbito de sus competencias, dentro de las políticas públicas. Es necesario que cambiemos la concepción que los ciudadanos y ciudadanas tienen de la administración pública, para ellos es importante repensar prácticas institucionales, mejorarlas orientándolas a optimizar la implementación de las políticas públicas en el marco de un espíritu de sentido compartido y corresponsable.
Y es que Desde Mi perspectiva entender la nueva institucionalidad a la cual debemos de orientarnos, solo es posible con cambios estructurados en nuestros gestores, pero esto requiere de la participación de las comunidades organizadas en funciones de gobierno, no sólo a través del ejercicio del control social sino también mediante la participación en la toma de decisiones en conjunto con relación al diseño, coordinación, ejecución y evaluación de las políticas públicas. Por tal motivo, mejorar la institucionalidad mediante una buena gerencia logra su mejor argumentación, si su razón se explica cómo filosofía de vida a partir de la cual resulta inminente comprender las actitudes, estimular las capacidades, escuchar las opiniones, instar al hecho de identificarse con la institución donde se labora, animar la equidad, la honestidad, justicia y el cumplimiento de las normas, algo tan simple como ‘ Escribir lo que se hace, Hacer lo que se escribe’’, simple y tan complejo, si escribimos las leyes, porque las mismas dan respuestas a acciones que son necesarias formalizar, entonces cumplamos las mismas acogiendo lo escrito. Hasta una próxima entrega.