Importancia del Autocontrol
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Los medios de comunicación nos informan rutinariamente de hechos trágicos y violentos, los cuales por su cantidad y forma, nos permiten deducir la desvaloración de la vida para las personas que no se reconocen como agresivas ni saben manejar su ira.
Para ilustrar lo expresado recordemos estos dos titulares de un mismo día de la pasada semana: «Hombre cortó una mano a un niño de dos años tras discusión con la madre por una cubeta» y «Hombre mata a otro por 50 pesos».
No hay que ser un experto en la conducta para tener muy claro que en estos casos a los agresores les faltó tener autocontrol de sus impulsos, término que significa «control en sí mismo» y que procede de la palabra griega «autos» y del francés “control”, que es sinónimo de dominio.
Esa capacidad que tenemos los seres humanos de dominar nuestros impulsos, nos permite llevar una vida más equilibrada y armónica, en la medida en que aumentamos nuestra capacidad de solucionar los conflictos por la vía pacífica, utilizando el diálogo como principal herramienta, así como los valores de respeto y tolerancia a posiciones contrarias, de lo cual resulta su importancia.
Existe la tendencia de normalizar acciones violentas sin crear conciencia del daño que produce, por ejemplo, al reaccionar impulsivamente contra una persona por la ocurrencia de un evento con el cual no estamos de acuerdo, cuando lanzamos al piso objetos, agredimos animales, damos un portazo o puñetazo contra la pared, todas esas manifestaciones evidencian conductas fuera de control.
Luego, cabe la pregunta ¿Cómo en un momento de ira puedo practicar el autocontrol o manejo de mis emociones?
Los expertos nos recomiendan que reducimos la ansiedad e irritabilidad mediante el control de la respiración, contando hasta 10 lentamente, retirándonos momentáneamente de la persona con la que sostenemos el conflicto, escuchando una canción que disfrutemos y nos relaje, leyendo un buen libro, en fin, realizando cualquier acción que nos permita manejar en forma adecuada el estado emocional, hasta que recobremos la estabilidad conductual que nos permitirá solucionar el conflicto.
En la búsqueda de multiplicar los esfuerzos para promover acciones de paz, creemos que, desde la primera infancia, en el seno familiar, debemos educar a nuestros hijos e hijas a aprender a manejar sus emociones, enseñanzas que los docentes deben replicar e insistir frecuentemente en los centros educativos con sus alumnos.
Al concluir, entendemos que hacer conciencia de la importancia de nuestro autocontrol, identificándola como una herramienta que contribuye a optimizar las relaciones familiares y profesionales y que por ende nos llevará a sostener una vida más plena y feliz.
La autora es presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia, Inc.