El que mucho abarca, poco aprieta
ViBa La Comunicación
Vilma Batista
El movimiento de la Marcha Verde, es sin lugar a dudas, la plataforma civil de mayor influencia en nuestro tiempo, ya que su consignia central es la lucha contra la corrupción, un mal que toda la sociedad dominicana preocupa y cuyos niveles de descaro ha llegado al «basta ya» general.
Aunque la corrupción como tal no es una condición única del entramado gubernamental, de alguna manera el Estado ha asumido para sí ser el otro bando a quien la Marcha Verde acusa, recusa y bochorna con sus multitudinarias concentraciones a nivel nacional e internacional.
Es por esto que el incidente protagonizado por la Sra. Pilar de la Cruz Rosario en la concentración del pasado domingo 29, pudo haberse convertido en una crisis de alto cuestionamiento para el movimiento y posterior desencanto social.
Más allá del hecho puntual de que la ciudadana aprovechara la coyuntura para acceder al púlpito y procramar su simpatía hacia la gestión del Presidente Medina siendo de inmediato despojada de micrófono y escoltada fuera del escenario, el morbo se desinfló debido a las exageraciones propias del ánimo caldeado en que se desarrolló el encuentro, validada por la publicación apresurada de una diario en su portal sin mayores detalles que el de informar una supuesta agresión física que al momento no se ha confirmado.
Como de contumbre las redes sociales se encendieron y fueron muchos los dime y diretes en torno a que podría tratarse de una treta para provocar la reacción cuestionable y con ello adversidad hacia el accionar de los Verdes.
Si analizamos la dinámica comunicacional de la Marcha Verde, veremos que ha sido un verdadero reto para los líderes del movimiento convertirse en comunicadores eficientes marcando la agenda y manteniendo una presencia sistemática que permita trazar una trayectoria firme de los simpatizantess activos y pasivos a su misión.
Fuera del incuestionable entusiasmo generado por las movilizaciones en contra de la corrupción e impunidad que representan el descontento ciudadano más allá de toda represalia pública o soterrada, pasando por escándalos como los de la OISOE, Tucanos, Odebrech y más reciente el de la OMSA, los verdes no han logrado establecer el diálogo sino que suenan como voces que claman en el desierto, ayudando así que los que tienen oido se hagan los sordos y aprovechen para tambien hacerse los mudos a conveniencia.
El país necesita en el Movimiento Verde un interloculor para lograr ser oido y contestado, por lo que llegó el momento de simplificar la agenda de reclamos, enfocar el mensaje a objetivos concretos y atomizar las voluntades hacia una meta específica que permita mostrar pasos firmes hacia lograr conquistas contundentes.
La corrupción es si misma es un «concepto amplio» por lo que establecer los ejes centrales que validan, justifican y hacen necesaria la lucha será la estrategia que permitirá fortalecer la presencia y ganar espacios que realmenten repercutan en acciones reales para el futuro, que asimismo entusiasme a seguir avanzando.
A los verdes que recuerden que tanto en la vida como en la comunicación «el que mucho abarca, poco aprieta.»