En estos días saquemos tiempo para pensar
Desde mi Perspectiva
Alliett Ortega
Como les dije en estos días en desde mi perspectiva, nos iremos a lo simple, sin perder el aporte al conocimiento, y en estos días de fiestas, de compartir con familia, les invito para que saquemos tiempo para pensar, y es que van pasando los años y nuestras vidas se aceleran, tiempos en que la tecnología nos está arropando podemos sentir que alguien va girando la rueda de la velocidad y cada vez tenemos menos tiempo para pensar. William James, célebre filósofo y psicólogo especialista en salud mental, escribió sobre la percepción del tiempo en uno de sus libros: “Psychology: The Briefer Course”. En él, nos explicó un hecho que a muchos les será familiar: a medida que nos hacemos mayores tenemos la clara sensación de que el tiempo pasa mucho más deprisa. Es casi como un parpadeo fugaz, algo peculiar y hasta aterrador.
El mejor momento de tu vida siempre es ahora. El ayer ya ocurrió y el futuro aún no existe, así que toma aire, respira y abre esa mirada situada justo en el centro de tu corazón. No sé si estarás de acuerdo conmigo, quizás lo vivas de forma diferente, pero si algo he notado en mí misma, y en las personas que me rodean es que, con el paso del tiempo, se nos reducen esos momentos de desconexión para estar con nosotros mismos, para reflexionar, para no hacer nada, y es que vivimos instalados en la superficialidad. Una superficialidad, me parece, que en algunos proviene de la convicción de que saben cuánto hay que saber, razón por la cual no se les ocurre pensar, leer o preguntar nada al respecto; otros porque, sencillamente, no tienen tiempo, ya que lo emplean todo en una atención desparramada en asuntos cotidianos, a los que dan importancia porque son sensibles e inmediatos, y, relegan al último lugar -a ese lugar para el que nunca queda tiempo- lo único que de verdad tiene importancia. Superficialidad por vanidosa autosuficiencia, superficialidad por pura comodidad, por ignorancia.
En nuestro tiempo pensar no constituye un objetivo para la mayor parte de la gente, ya sea porque en su escala de valores hay cosas que consideran mucho más urgentes e inmediatas y, también, mucho más importantes: el éxito, la eficacia, el dinero, la fama (que hoy se traduce por notoriedad), el placer, el confort, la política, el poder. En fin, pensar no está de moda, quizá porque nos hemos creado tantas necesidades que ya no hay tiempo de pensar. Pero, atención, porque, cuando el pensamiento está ausente, entonces no hay libertad. Tener tiempo para pensar es lo más saludable que podríamos poseer y, sin embargo, lo menos común; cada vez más personas necesitan, y reclaman ese espacio de tiempo, momentos para contemplar la vida, dejar que esta nos enseñe su belleza, el placer de no hacer nada, desconectarnos nos ayuda a tomar mejores decisiones, y es que las buenas ideas provienen de espacios vacíos, para que podamos innovar debemos de detenernos un poco, porque el cerebro necesita liberar la tensión; y es que la tensión es contraria a la creatividad. Y te pregunto hace cuánto tiempo no te desconectas, hace cuanto no te dedicas ese momento en soledad, piénsalo, y es que el ritmo de vida que llevamos nos ha hecho indicar que el día entero se te queda corto y echas en falta, como muchas personas me han dicho, días que tengan 25 horas; pero si tuviéramos días de 25, necesitaríamos unos de 26, piénsalo, nos quejamos de no encontrar ese tiempo para reflexionar tranquilamente, para pensar, para abordar las cuestiones importantes de nuestra vida, y luego nos descubrimos a nosotros mismos diciendo “debería…”, “tendría…”. Regálate tiempo para amar y amarte como mereces, tiempo para pensar y sentir la caricia tibia de este presente que ya nunca más volverá a repetirse. Quizás tengamos que dedicarnos a nosotros mismos un poco más de tiempo y espacio, un poco más de cariño… ¿Qué opinas? Hasta una próxima entrega.