Un balance a fin de año
Desde mi Perspectiva
Alliett Ortega
Esta semana en desde mi perspectiva, último jueves del 2017, donde todos estamos preparándonos para recibir un nuevo año, quiero invitarles a realizar un balance de fin de año, y luego elaborar sus listas de planes, y es que antes deben de tomar en cuenta todo lo que componen nuestras vidas, incluyendo las circunstancias que ya nos vienen dadas y que, de hecho, las mismas condicionan enormemente nuestra manera de pensar y nuestra manera de ser: desde el momento en el que nacemos, la familia en la que venimos al mundo, el país en el que nos criamos, o en el que nos toca vivir, la educación que recibimos y el ejemplo que nos dan nuestros mayores, son algunas de ellas. Pese a esas circunstancias que, efectivamente, no escogemos, todos nosotros tenemos mucha capacidad de elección. Y, si bien es cierto que no todos tendremos, por ejemplo, las mismas oportunidades, laborales, profesionales, o sentimentales, sí que todos podemos llegar a ser el tipo de persona que nos propongamos ser, fortalecidos en valores.
Es por esto que los invito a realizar tres reflexiones en el proceso de elaborar sus planes para el nuevo año a la vuela de la esquina, y muy relacionadas entre sí:
- La primera, sobre dónde queremos llegar, sobre cuál es nuestra meta. Si estuviéramos en un entorno profesional estaríamos hablando de “ponernos objetivos”. Cada uno, por supuesto, en su estilo: unos más apasionados y otros menos, unos más atolondrados y otros más reflexivos, unos más extrovertidos y otros más tímidos … lo mismo da. Todos podemos llegar a ser lo que nos proponemos, con estilo propio.
- La segunda reflexión sería que para hacer un balance sincero– insisto en lo de sincero – sobre nosotros mismos. Para tener claro dónde estamos, cuál es nuestro punto de partida, dónde estamos fallando y cuánto nos falta por recorrer para llegar a nuestra meta, para que de esta forma seamos sinceros con nuestras reales probabilidades de logro, y el tiempo real de las mismas.
- La tercera reflexión sería para tratar de trazarnos un camino identificando al menos los primeros pasos que vamos a ir dando para avanzar en la dirección que nos hemos propuesto, y saber que lo más importante es dar el primer paso, si nos quedamos inmóvil, no llegaran a nosotros.
Si luego de realizar este balance nos damos cuenta de que hay algo que constituye un impedimento para que logremos las metas que nos hemos planteado, entonces debemos de establecer una ruta para cambiarlas, no nos acomodemos, y comencemos a trabajar, y sacar de nuestra vida todo aquello que nos impida al crecimiento, y la prosperidad. Sea lo que sea no dejemos las cosas para mañana, para el año que viene, para cuando consigamos estar bien situados, para cuando tengamos algo más de tiempo libre, para cuando nuestros hijos sean mayores, para cuando nos jubilemos, para cuando … porque lo cierto es que ninguno de nosotros sabemos ni cuánto tiempo viviremos, ni qué circunstancias serán las que rodearán nuestra vida en el futuro. Los invito a que en este nuevo año vivamos nuestra vida de una manera responsable y con una actitud coherente con los valores que decidimos tener. Hasta una próxima entrega.