Mujeres, en nombre del amor solo se ama, evita se marchiten más vidas
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Febrero es el mes del amor, la amistad y la Patria, pero los acontecimientos trágicos sucedidos recientemente nos obligan fijar la atención en las relaciones amorosas de jóvenes que lamentablemente han pasado a formar parte de las estadísticas de feminicidios cometidos por parejas o ex parejas.
La última víctima del mes de enero del presente año era una adolescente, de tan sólo 14 años (KAP), que según informaciones de los medios salió de su residencia ubicada en el municipio Santo Domingo Este a un colmado, de donde nunca regresó.
Moradores del lugar han informado que la joven ayudaba a su madre en un salón de belleza y la han definido como una chica buena, tranquila y estudiosa, que tenía un novio de 27 años que fue detenido por la Policía.
También en el primer mes del año otra adolescente de 16 años (IP) fue asesinada a palos por su novio en San Pedro de Macorís, luego que él le reclamara por una llamada telefónica que recibió. Ante su negativa de informar quien le había llamado procedió a quitarle la vida, destruyéndole cada uno de sus proyectos y sueños.
En estos dos hechos, al igual que otras jóvenes, no reconocían que estaban inmersas en unas relaciones amorosas en las que predominaba el control y por desconocimiento o inexperiencia las consideraban amor.
En las estadísticas de feminicidios que registra la Fundación Vida Sin Violencia podemos observar que de las 100 mujeres asesinadas por parejas o ex parejas en el 2017, 64 tenían menos de 35 años y de estas, 10 eran de 20 años o menos.
Este dato nos obliga a seguir concienciando a la juventud de la importancia en reconocer las primeras señales de violencia que tienen lugar en el período de noviazgo.
¿Cómo sabe una adolescente sí está viviendo en una relación amorosa tóxica o violenta? La respuesta es simple: Cuando constate si frecuentemente no es respetada por su pareja, si en lugar de elogios recibe menosprecio y humillaciones, ya sean en privado o en público; si busca aislarla de sus amistades y familiares, si le controla la hora de llegada, modo de vestir, sus redes sociales, llamadas telefónicas y la culpabiliza de todo lo que sucede en la relación haciendo siempre su voluntad.
Es importante que la joven que se reconozca como víctima de malos tratos no guarde silencio, sino que comunique la situación a familiares y amigos que son su red de apoyo.
En artículos anteriores hemos manifestado que el amor es respeto, admiración, apoyo, compresión, es formar un equipo con quien construir un proyecto de vida en común, donde el miedo, la ansiedad, la vergüenza y los malos tratos no tienen cabida, porque todos y todas tenemos derecho a una vida libre de violencia.
La autora es Presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.