Comunicación o Marketing, he ahí el dilema social
ViBa la Comunicación
Vilma Batista
Hoy en día las entidades públicas y privadas, con o sin ánimo de lucro, buscan hacer sostenible su accionar a través de actividades que les permitan captar y mantener la atención pública, lograno traducir en aportes esta visibilidad.
Si bien es cierto que la comunicación y el mercadeo son disciplinas que se complementan si son bien integradas, es de rigor conocer las características de cada una para saber aplicar estratégicamente las herramientas que cada una puede aportar a nuestro objetivo.
El mercadeo social muchas veces es concebido como la mera aplicación de las técnicas tradicionales del mercadeo utilizadas para vender productos a los consumidores podrían ser utilizadas para llegar a las personas con ideas que pueden aportar a comportamientos diferentes y favorables a la causa.
Empero, la aplicación del mercadeo social debe partir de los principios más allá de lo comercial, enfocado en conectar a las audiencias con acciones y programas que proporcionen bienestar general.
Es en este punto donde la comunicación social se luce como herramienta esencial a la hora de construir la opinión pública favorable a partir de mostrar el buen hacer de la institución.
La comunicación permite tender puentes de diálogo efectivo entre los distintos actores sociales y contribuye fundamentalmente al fortalecimiento del sistema de bien social.
Entonces nuestro mercadeo deberá estar orientado al “consumidor” social de nuestra causa, partiendo siempre de la investigación sobre la percepción.
Los resultados del mercadeo social seran proyectados a largo plazo, sabiendo emular comportamientos o cambiar actitudes, no se consigue tan rápidamente como la promocionar un bien o producto.
La práctica nos muestra que mientras la comunicación estratégica crea las condiciones, los programas de mercadeo social tienen necesariamente que conseguir financiación que usualmente provienen de subsidios o donaciones, tanto públicas como privadas, aunque este debería ser una consecuencia, más que un fin en sí mismo.
Ante el dilema de si es mejor comunicar o mercadear, debemos siempre tener cuenta que la comunicación es decisiva para el desarrollo humano siempre que promueva la participación y el conocimiento de las personas acerca de las entidades que día a día impulsan programas de impacto en su comunidad.
No menos importante es integrar tácticamente las herramientas que nos brinda el mercadeo con que podremos traducir en beneficios tangibles para el propio desarrollo de la organización y su misión.