La Reforma y Modernización de la Administración Pública
Desde mi Perspectiva
Alliett Ortega
Esta semana en desde mi perspectiva, quiero tratar un tema actual, en el cual está inmerso el Ministerio de Administración Pública (MAP), las mesas de diálogo para una nueva reforma y modernización de la administración pública, tomando como punto de partida la revisión de la Macro estructura del Poder Ejecutivo del cual depende todas las instituciones del Gobierno Central, dicha iniciativa da respuesta a los compromisos asumidos en la Estrategia Nacional de Desarrollo, y los compromisos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, al 2030, y más que nada es una respuesta a los nuevos tiempos.
Antes que nada quiero aclarar que soy una fiel defensora de la Ley No.41-08 de función pública, y de muchos de sus logros alcanzados, pero desde mi perspectiva, hemos entrado en un limbo, y actualmente la Administración pública está en crisis , si en crisis por muchos aspectos como la falta de legitimidad social, por su tormentosa relación con la política, por la dificultad de atender los retos que la propia Ley indica que deben ser implementados de forma gradual, y más que nada un Órgano Rector debilitado en su funcionamiento y accionar, ya que no cuenta con la capacidad instalada para dar respuesta a tantos compromisos, y se ha diluido en buenas intenciones, más que en acciones.
Nuestro País, el actual gobierno, y el MAP tienen un gran reto con este proceso de reforma, que le permitirá dar el salto, y poner manos a la obra en la tarea de modernizar la Administración pública, ya que nuestro modelo actual exige un cambio radical, y el mismo solo será posible si se reorienta su modelo organizativo y, en especial, su sistema de gestión de recursos humanos. Hay que pensar de manera estratégica, holística, y con prospectiva, tomando en cuenta que es un sistema, y está conformado por otros entes rectores con sus particularidades, pero que al final forman el todo; y es que parte de esta necesidad de cambio la exigen temas puntuales como los avances en tecnología, el empoderamiento de la sociedad, y sobre todo que la información se ha democratizado.
Para implantar este cambio hace falta una gran valentía política, por lo que felicito al Ministerio de Administración Publica que ha dado ese paso, claro está con apoyo del Poder Ejecutivo, y es que la mejor forma de defender a las instituciones públicas es reconocer sus problemas y adoptar una posición proactiva que permita tomar la delantera, o al menos estar en sintonía, con los cambios tecnológicos, económicos, sociales y políticos. El reto no solo será abarcar el tema de la macro estructura del Poder Ejecutivo, también se deben ver algunos aspectos importantes que afectan el sistema, y que no solo son propios de nuestro país, sino a nivel regional pero deben ser vistos con una mirada crítica y constructiva, y sobre todo partiendo de nuestra cultura, temas tales como : 1) el modelo clientelar; 2) como la política se entromete en exceso en el ámbito de la gestión del personal; 3) el déficit de una auténtica política de personal transversal, sin ‘yo-ismos’, ni ‘pequeños feudos’ ; 4) los excesos de burocracia que en su mayoría ocasiona una cultura administrativa excesivamente acomodada, y la grave falta de motivación de muchos empleados públicos; así como unidades de recursos humanos conservadoras y capturadas por los problemas anteriores, donde en vez de gestionar el talento humano, son fiscalizadores.
Y es que estoy más que convencida que este ejercicio nos traerá las acciones pertinentes para el fortalecimiento del MAP, en su accionar, y marco normativo, permitiendo con esto mejoras que permitan dar respuesta a los nuevos tiempos, y es que con este proceso de reforma la Administración Pública se juega en las próximas décadas su propia supervivencia, siendo el actor más relevante para una mejor gobernanza, y es que un proceso de reforma va más allá que hablar de estructura, implica normas, personas, y sistemas. Hasta una próxima entrega.