Raquel Peña resalta 100 años de la Cámara Española como puente de
El valor de la vida
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
La pasada semana los medios de comunicación dieron a conocer las lamentables noticias de que un hombre asesinó a otro por 50 pesos y por igual monto ocurrió una tragedia similar, a final del pasado año en la ciudad de La Vega, fruto de una discusión por una propina.
Estos hechos criminales y por demás inaceptables, intolerables y violatorios a los derechos que todos y todas tenemos de vivir y de disfrutarla libre de violencia, nos lleva a la reflexión de preguntarnos cuál es el valor que les estamos dando a la vida.
Consideramos que la vida es un regalo divino, que ha de ser valiosa, productiva y jamás debe ser arrebatada, ya que deja fuertes lesiones psicológicas en el seno de la familia de la víctima, de la comunidad y de la sociedad misma, y peor aún, en los casos mencionados tuvo como causa una cantidad de dinero con la cual se puede comprar un paquete de galletas.
Como ciudadanos y ciudadanas que aspiramos a tener una mejor sociedad entendemos que, debemos velar persistentemente porque el respeto, la empatía, el autocontrol y la tolerancia, entre otros muchos valores, formen parte del contenido integral de la educación que les damos a nuestros niños y niñas en el hogar, que debe ser reforzado en los centros educativos para que así desarrollen actitudes pacíficas a la hora de resolver un conflicto.
En ese sentido, es oportuno recordar la importancia de fomentar una masculinidad positiva, desaprendiendo conductas tóxicas que perpetúan el machismo, mediante el cual se crean estereotipos de que los varones son fuertes, los que no se dejan golpear, los que no necesitan de ayuda, son superiores y quienes a través del uso de la fuerza son capaces de controlar espacios y situaciones.
Hoy es un buen día para auto cuestionarnos qué significa la vida, qué valoración personal les damos, cómo es nuestro manejo con el prójimo en todos los espacios, ya sea en el hogar, en el trabajo y socialmente, hasta qué punto somos capaces de comprender y aceptar las diferencias de criterios sin hacer uso de la violencia, que evidentemente daña y destruye las relaciones.
En definitiva, lo que importa es promover acciones y actuaciones hasta lograr que en nuestra nación ocurra una transformación cultural que nos permita disfrutar a plenitud de la vida.
Me despido recordando algunas letras de la canción de Axel que tiene ese nombre: “Piensa libremente, ayuda la gente y por lo que quieras lucha y sé paciente. Búscate una estrella que sea tu guía, no hieras a nadie, reparte alegría. Celebra la vida, celebra la vida segundo a segundo y todos los días”.
La autora es la Presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.