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La Mujer en la Educación
Desde Mi Perspectiva
Alliett Ortega
Esta semana en desde mi perspectiva continuamos abordando el tema de género, y es que son diversos los campos en los que un análisis de la transversalización aporta a mejorar la inclusión, y el desarrollo en un país, uno de estos campos que haremos pinceladas es el sector educación, el cual no sólo es interesante, sino pertinente, ya que es en el ámbito educativo donde el contenido de un estereotipo de género puede predecir el éxito en los campos de la educación superior de un hombre o de una mujer, y es que educar es construir en el futuro.
Es por esto que quiero plantearles algunas afirmaciones que validamos en nuestra investigación, y es primeramente que la docencia es una profesión mayoritariamente femenina, pero se refleja la misma desigualdad en que la participación en relación a los varones en los cargos jerárquicos, actualmente en nuestro país todos los rectores de universidades son hombres, y en la gran mayoría de puestos relativos al sector; lo cual sigue aportando a continuar las brechas relativas al género.
Lo anteriormente citado se contradice con la realidad que ha jugado la mujer en la historia de la República Dominicana, la cual está llena de episodios que evidencian la gran valentía de mujeres que han dedicado parte de su vida para lograr tener un mejor país, donde imperen el respeto a las leyes y la dignidad humana; sin embargo, es muy escueta la reseña histórica que se hace de la participación de las dominicanas en los procesos de transformación social sufridos por el país, con lo que “se refuerza la práctica de ver la sociedad a través de los ojos de los hombres”, donde ellos son los protagonistas de capítulos que en muchos casos han sido escritos por mujeres.
La labor de la mujer educadora fue un pilar para el desarrollo ideológico de nuestra nación hasta mediados del siglo XX, en República Dominicana la mujer estaba relegada a las labores del hogar y el cuidado de los hijos, sin embargo, muchas dominicanas se decidieron a salir de sus hogares, formarse profesionalmente y comenzar a formar parte de la vida laboral; así, la sociedad dominicana comenzó a poner atención al trabajo realizado por mujeres, quienes han hecho sus aportes en áreas tan sensibles como la literatura, sin dejar de involucrarse en áreas del conocimiento que desde siempre han sido vista como destinadas a ser ejecutadas por hombres, con lo que han “roto esquemas” y han demostrado que a pesar de los obstáculos y estereotipos de su época, su visión del sentido de igualdad de género y reivindicación social, va más allá del tiempo que les tocó vivir.
Ejemplo de estas féminas de gran valor que pasaron a la historia, y fungieron como educadoras podemos mencionar a Evangelina Rodríguez, quien además de pasar a la historia reciente como la primera mujer dominicana en graduarse como doctora en medicina, tuvo una amplia participación en favor de la reivindicación del rol de la mujer en República Dominicana ; de igual relevancia citamos a Salomé Ureña otra dominicana que rompió los paradigmas sociales de su tiempo y se permitió colaborar para que mujeres como Evangelina pudieran acceder a la educación formal y capacitarse académicamente, maestra y gran visionaria, no solo dedicó gran parte de su vida a educar, sino que siempre actuó en favor de las mujeres, quienes en el siglo XIX, época en que vivió Salomé, aún no tenían acceso a la educación formal, sino doméstica; se podría decir que si en la actualidad las mujeres tienen el mismo derecho a la educación que los hombres, es en gran medida, gracias a la labor realizada por Salomé, fundadora del Instituto de Señoritas, primera institución educativa del país que se dedicaba exclusivamente a la enseñanza superior femenina; y de donde se formaron las principales educadoras del país.
En la actualidad el rol de la mujer educadora dominicana debe ser más visibilizado ya que el 95% de las personas que educan a los niños durante los primeros años de vida escolar son mujeres, también son maestras tres de cada cuatro educadores de primaria y más de la mitad de secundaria; al 2015 según datos del Banco Mundial, el país contaba con un total de 79,093 de maestras , y de aquí radica la importancia de que desde las aulas se trabaje en los cambios culturales mediante políticas públicas que se pretenden implementar a mediano y largo plazo, como es la perspectiva de género desde la educación, no debemos de dejar en vano la lucha de mujeres como Salomé, Socorro, Abigaíl, Ercilia y muchas otras cuyos nombres la historia no registra, y que dedicaron años de sus vidas, en favor de la igualdad.
En un país donde sobresalen las oportunidades para los hombres, la labor de la mujer educadora cobra una alta relevancia en nuestro país, y es que ellas se convierten en la base del desarrollo educativo, actora en la transformación de la sociedad la cual debe estar enmarcada con los nuevos conceptos que evolucionan en los campos del saber y social, como son conocimiento, participación, equidad, pertenencia, toma de decisiones y liderazgo.
Quienes trabajamos, y fomentamos la igualdad social de la mujer sabemos que esta tarea requiere paciencia, pero a la vez acción, y este accionar es el que desde el sector educación debe comenzar a fomentarse visibilizando más el rol del Docente, e incluyendo dentro de la preparación de los mismos (hombres-mujeres) perspectiva de género, ellos serán los responsables de llevar a las aulas un cambio de paradigma, y de motorizar una tan anhelada igualdad, y un país más inclusivo. Hasta una próxima entrega.