Comunicación Cooperativa
ViBa la Comunicación
Vilma Batista
Lograr la integración de entes dispuestos a disponer de su parte con el objetivo de generar un efecto superior al que se conseguiría individualmente, sigue siendo un reto para los que nos encargamos de comunicar.
Convencer a los individuos y a las empresas de los beneficios de aunar esfuerzos, aportando y complementándose para obtener beneficios mayores a los que alcanzarían particularmente a través de estrategias individuales, puede ser una tarea titánica más no imposible.
La Teoría de los Juegos, también llamada del «equilibrio medio» o «Equilibrio de Nash», basada en los postulados del reconocido matemático John Nash, ganador del Premio Nobel de Economía, y quien desarrolló en los años 40 el supuesto de que a la hora de tomar decisiones, se deben tener en cuenta las posiciones del resto de los involucrados para tener mayores oportunidades de ganar, nos valida.
Nash plantea un «concepto de solución» en el que todos los actores participan dispuestos a ceder su parte, convencidos de que juntos maximizan sus ganancias en contraposición a asumir una estrategia individual.
Basado en esta afirmación, hemos acuñado el concepto de ¨Inversión en Comunicación Cooperativa¨, donde 2 o más personas, causas o empresas se unen en un modelo de trabajo asociado para alcanzar objetivos comunes, logrando motivar a clientes y aliados.
La inversión cooperativa no solo amplía el margen de ganancia, sino que amortigua el riesgo basado en un modelo transparente de negocio donde se reconocen y valoran las diferencias de los integrantes convencidos que por sí solos no podrían alcanzar un impacto a gran escala.
Como no existen dos individuos idénticos, los aportes y recursos de cada integrante deberán ser únicos y orientados a potencializar las acciones de todo el grupo para asi alcanzar el crecimiento económico y social deseado.
Aplicar este principio a la ecuación implica establecer un equilibro que parte de que cada parte cederá de manera equitativa mas no necesariamente igualitaria, esto es que el que produzca 1000 cede 100, cuando el que produce 100 aporta 10; siempre que en la sumatoria final permita a todos disfrutar de un retorno total superior.
Si somos estratégicos y creativos, podemos aplicar este precepto en diferentes sectores y contextos, donde las relaciones interpersonales y/o interinstitucionales representen realmente una ventaja competitiva gracias al esfuerzo conjunto y cuya sinergia se fortalezca en la diversificación.
Se trata de dar del ala para comer de la pechuga.