Raquel Peña resalta 100 años de la Cámara Española como puente de
A Juan Pablo Duarte
Rincón Digital
Leonor María Asilis
Al momento que reedito estas palabras que le escribí al patricio en ocasión de la celebración del aniversario de su nacimiento, y que este 24 de abril se celebran 53 años de la Revolución de Abril en una lucha que procuraba sanear y reestablecer nuestra democracia que estaba en peligro, quiero que sepas, que estoy inmensamente orgullosa de haber nacido en nuestra tierra, y ¿sabes cuál es la razón principal?
Por ti!
Si, tú!. Eres nuestro mejor ejemplo nacional para seguir…no ha habido otro después de ti que te supere en el servicio, en el ideal, en la acción por nuestra nación. Te agradezco infinitamente tu legado, nuestra Patria, y sus raíces, tu fe, creíste en nosotros, tu pueblo, pero sobre todo en Dios e invitaste a que hiciéramos lo mismo sellando nuestro escudo con las palabras Dios, Patria y Libertad.
Como te recordaba, bien sabes que tenemos características propias que nos distinguen en el mundo como lo es nuestra alegría y solidaridad, y exigimos como nos enseñaste, Respeto a nuestra dignidad, y a nuestras decisiones. Hoy más que nunca necesitamos recordar tu advertencia, que no solo tenemos enemigos fuera, sino dentro, como decimos en nuestros tiempos, “vende Patria “.
A esos no podemos doblegarnos, tenemos por el contrario, que conquistarlos, enamorarlos de su Patria, hacerles ver que Ella nuestro mayor tesoro, y que Ella está encima de intereses particulares que suelen ser pecuniarios y mezquinos, y que tenemos que defenderla si es preciso hasta con nuestra propia sangre.
¿Sabes? sé que desde el cielo eres nuestro mejor intercesor, y sabes que tanto en el Altar de la Patria donde tus restos mortales están enterrados y también desde la Iglesia Santa Bárbara donde te bautizaron y desde la Catedral Primada de América que tantas veces fuiste y por supuesto en el Santuario de Higüey donde se venera la Imagen la Virgen de la Altagracia he elevado mis plegarias al Padre con tu intercesión y sé que han llegado.
Hoy te lo digo públicamente, para que mis hermanos se unan a estas plegarias por nuestro país, para que recibamos la divina inspiración que nos haga actuar en la vía correcta para nuestra preservación y afianzamiento en el devenir del tiempo. Sé que desde ya vas a acoger estas palabras y la llevarás tu mismo de la mano de la tan querida por ti, Virgen de la Altagracia para que hagas de nosotros hijos dignos tuyos para una nación que merece ser tratada con mejores destinos.