Reseña de una Ultreya, una Iglesia Santa o una iglesia mundana?
Rincón Digital
Leonor Asilis
El pasado miércoles 4 de julio se celebró la Ultreya mensual en Casa San Pablo iniciándose como es nuestra costumbre, con la Santa Eucaristía. La homilía se centró en ser fieles a la voluntad de Dios. Verán a continuación como el Espíritu Santo sabe conjugar los temas cuando vean el resumen del tema que se trató a cargo de uno de nuestros directores espirituales del MCC, el Padre Robert Brisman quien lo titulo Una Iglesia Santa o una iglesia mundana? Iniciamos reseña a continuación.
Es sabido que uno de los males que ha sufrido y ha tenido que enfrentar la iglesia de Cristo es el tema de la división a lo interno en ella. Nuestro Señor Jesucristo también lo tuvo que hacer enfrentando y desterrando de sus discípulos esa actitud divisionista propia de todo grupo humano. El padre Brisman se refirió a la oración que le hizo al Padre: “Que así, Padre, como tú y yo somos Uno, que estos también sean Uno en mí, como yo en ti”, y al Papa Francisco en su reciente viaje a Ginebra cuando dijo: “la división entre los cristianos contradice la voluntad de Cristo”.
El charlista invitado recordó a los presentes que en la historia de la Iglesia los grandes enemigos han salido de ella misma, de su interior. Hizo mención de tres ejemplos de esto: Martin Lutero, religioso sacerdote agustino que provoco en la Iglesia una división interna que es irreversible con su Reforma Protestante (1517), el segundo con el alemán Adam Weishaupt, sacerdote jesuita católico apostata quien fundo a Los Iluminatis (1761) secta que crea era la adoración del ángel de La Luz o Lucifer con los ricos y poderosos de entonces, para crear un Estado Masónico a través del cual se maneje el mundo por el dinero y la abolición de la monarquía cristiana católica en forma absoluta) y el tercero con el dictador y asesino soviético Josef Stalin que se formó en un seminario católico ortodoxo no por sentir el llamado sino más bien para aprovecharse del nivel de formación académica que se recibe en estas instituciones.
El padre Brisman se trasladó luego a la actualidad, en el continente europeo, específicamente en Alemania donde hemos venido escuchando afirmaciones, comentarios, sugerencias y hasta determinaciones de disposiciones contraria a la sana doctrina del Evangelio. Por razones de espacio solo señalaremos algunas tales como el que se afirme que los homosexuales mientras más sexo tengan entre ellos, más se santificaran, incluso el que un cardenal, obispo de Munich se haya declarado como admirador de Carlos Marx y se haya opuesto a que pongan la cruz en los edificios públicos porque según el provocaría animosidad y disturbios públicos. Otro obispo, Monseñor Heiner Koch ha patrocinado una guía de formación sexual para adolescentes en la cual se presenta el acceso al aborto como una posibilidad válida para los mismos. Otro obispo de Bélgica Jozet De Kesel ha afirmado que a las parejas de homosexuales y lesbianas se les dé una especie de bendiciones simbólica y otras barbaridades.
Por otro lado, el religioso sacerdote jesuita James Martin norteamericano y nombrado por el Papa Francisco como asesor del Vaticano en la Secretaria, ahora Dicasterio para la Comunicación escribió un libro titulado: ¨Construir un puente hacia el colectivo gay: como la Iglesia Católica y la comunidad LGTBI pueden instaurar una relación de respeto y delicadeza. Promociona una organización que fomenta la homosexualidad y transexualidad infantil.
Y entonces? qué está pasando? a dónde queremos ir como Iglesia? Hacia donde nos quieren llevar como Iglesia? que Iglesia es la que queremos: una Iglesia a nuestra medida o la Iglesia de Cristo?
El Papa Pablo VI ya nos advertía ¨La Iglesia debe, sobretodo verificar y reforzar la propia fidelidad total a Cristo”.
El padre Robert resalto la posición de nuestros obispos quienes manifestaron públicamente en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Citamos: Nos unimos de corazón al Papa Francisco y desde aquí le profesamos nuestro amor filial y le aseguramos lo que constantemente nos pide: Oración por él y su misión en la Iglesia Universal.
Queremos como pastores, junto al Santo Padre, Papa Francisco, guardar fidelidad a la Iglesia, comenzando por nuestra propia trasformación y conversión para ser pastores de una “Iglesia en Salida”, de “discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan” (EG, 24).