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Discurso del rector Julio Amado Castaño Guzmán en la graduación ordinaria de Unibe en julio 2018
Amigos y Amigas,
En el día de hoy, estamos celebrando nuestra Cuadragésima Quinta ceremonia de graduación. Un acto en el cual investimos 606 nuevos profesionales, de los cuales 507 pertenecen a programas de grado, 73 a programas de maestrías y 26, a especialidades.
Reciban todos ustedes en nombre de la Universidad Iberoamericana nuestras más sinceras felicitaciones, en especial a cada uno de los miembros de esta clase graduanda, así como a sus familiares.
Pero en la fecha de hoy, y no menos importante , UNIBE conmemora 36 años de su fundación. Han transcurrido un poco más de tres décadas y media de vida institucional, trillando un camino de excelencia y sembrando todo un huerto de profesionales de éxitos en distintas áreas y en muchas latitudes del mundo, lo cual representa nuestra más relevante carta de presentación.
UNIBE, durante los últimos años, se ha ido consolidando institucionalmente, lo cual se confirma con la posición cimera en el país que le viene otorgando el Rankings de universidades QS latinoamericano.
Además resulta interesante cómo esta universidad se ha convertido en un modelo universitario de internacionalización para el sistema nacional de Educación Superior.
Muchos de ustedes vivieron la experiencia de participar de nuestros programas de movilidad, los cuales se encuentran amparados por 240 acuerdos internacionales en 40 países diferentes.
En este momento, y como fruto de su vocación internacional, UNIBE, con el objetivo de ampliar sus relaciones con otros países, y de manera particular, ha puesto sus ojos en la República Popular China. Un coloso asiático con el cual ya estamos trabajando y aprovechando la reciente apertura de relaciones diplomáticas de ese país con la República Dominicana.
Aspiramos que UNIBE se convierta en una especie de hub o centro de acopio para la cooperación y el desarrollo. Para abordar temas de cooperación e intercambio en cultura, educación, salud, medio ambiente, industria, comercio y inversión en infraestructuras así como transferencia de tecnologías entre otras .
Distinguida clase graduanda, hace unos 10 años, el discurso del Rector en las ceremonias de graduación se aprovechaba como última oportunidad para un mensaje de aliento y despedida.
Pero los tiempos y el contexto actual, así como un futuro por delante desconocido, nos convocan para ser más reflexivos y responsables advirtiéndoles sobre cuál es el mundo que les depara hoy, y en el cual les tocará desarrollarse profesionalmente.
Ustedes, en su mayoría, pertenecen a una nueva generación, diferente a las que les han precedido y a las que hemos venido egresando cada año en UNIBE.
Las diferencias generacionales de las últimas dos décadas son muy evidentes y han estado influenciadas primordialmente por cambios sociales, culturales y demográficos dond el fenómeno de la globalización ha jugado su papel.
Es tangible cómo la intromisión de las tecnologías ha sido determinante, lo cual nos ha impactado a todos, transformando nuestras vidas y la forma de cómo trabajamos, nos relacionamos y socializamos entre nosotros.
Ustedes, en su mayoría, pertenecen a una generación de nacidos en la década de los 90. Llegaron a este mundo unos años después que Bill Gates y Paul Allen habían incubado desde un garaje y lanzado luego al mundo a Microsoft como la primera compañía de software. Se iniciaba la televisión por cable, y el establecimiento de la World Wide Web (WWW) o ‘red informática mundial’, la cual sirvió de plataforma al lanzamiento masivo del Internet. Había también terminado la Guerra Fría y caído el muro de Berlín, con el desmonte de la Unión Soviética y sus aliados.
Ustedes son parte de los actores de una nueva era que si fuéramos capaces de viajar al pasado y trasladarlos a la sociedad de apenas 30 años atrás, padecerían de un choque existencial de tal magnitud, que las competencias que han adquirido durante su paso por la Universidad serian difíciles de poner en la práctica.
Se trata de un momento crucial donde los avances y la velocidad en que se desplaza la tecnología, se solapan mutuamente. Donde una verdad se desploma y es sustituida por otra, y todo esto genera tensiones, desafiando a los sistemas educativos a nivel global.
Este proceso no solo impacta el currículo, sino a quienes los imparten. El profesor universitario necesita de más creatividad y mayor innovación educativa. Su retórica y su discurso podrían fácilmente desvanecerse si no se renueva constantemente.
Esto nos conduce a que lo que hoy hemos aprendido, mañana tengamos que desaprenderlo para dar paso entonces a nuevos conocimientos y la necesidad de desarrollar nuevas competencias.
Se trata de la Destrucción Creativa que popularizó el economista austríaco, Werner Sombar, quien la describía como un proceso innovador en el que nuevos productos y servicios destruyen viejas empresas y modelos de negocios.
Los académicos tenemos que cuestionarnos si debemos formar personas para el presente, o formar individuos para el cambio? Más que una encrucijada, yo diría que es un acertijo, el cual no siempre es fácil de entender y mucho menos abordar.
Ahora bien, este ritmo acelerado y tecnológico está promoviendo profundos cambios en el comportamiento social y en el de las personas de forma particular.
Los seres humanos estamos viviendo un momento interesante de inflexión de la historia que nadie hubiese imaginado. La tecnología está moldeando ciudadanos diferentes y ese fenómeno se irá acelerando cada vez más a medida que avancemos en el desarrollo de la inteligencia artificial, la rebotica, la biología celular y molecular, la realidad virtual, la nanotecnología, y otras nuevas ciencias aún desconocidas.
Es frecuente que en países en vía de desarrollo como el nuestro se produzcan brechas entre los avances de las ciencias y su implementación . Por ejemplo, el hecho de haber elevado en unos 5 años las expectativas de vida de los ciudadanos está generando un tremendo desafío en los modelos de atención a la salud.
En sentido general, se trata de una colisión o big bang generacional lo cual tiene impacto global y alcanza la mayoría de las actividades del ser humano como en el medioambiente, en los negocios, en el comercio, la economía, los sistemas educativos, las formas de trabajar, la salud y las vías de cómo nos relacionarnos y nos comunicamos.
El contexto actual, indiscutiblemente es el de un mundo problematizado, nos compromete a señalarles situaciones complejas con las que las nuevas generaciones están llamadas a interactuar de manera activa y reflexiva.
Me refiero, primero, al galopante deterioro social, al deterioro ambiental, así como la inversión de los valores tradicionales, lo cual viene degradando de manera sistemática al ser humano, en todas sus dimensiones.
A esta situación, la cual ya se manifiesta a todos los niveles de la sociedad, está dando paso a nuevos perfiles individuales y colectivos de comportamientos que contravienen a los principios básicos y que han regido a la humanidad: me refiero a la honestidad, la ética, la solidaridad, entre otros.
Entendemos que es natural que las reglas del juego y la convivencia se vayan adaptando y modificando según los nuevos tiempos y actores; pero existen principios fundamentales universales, innegociables, los que nunca deberían cambiar, ya que son elementos diferenciadores con de las demás especies del planeta.
Un elemento que podría ser una causa para la formación de antivalores es la permisibilidad. Un comportamiento que da paso a conductas perniciosas para la sociedad y que comúnmente pone en evidencia la ausencia de regímenes de consecuencias, dando paso al más irritante e injusto de los fenómenos de estos tiempos: la impunidad.
Vivimos en una contradicción donde avanzamos tecnológicamente, pero la humanidad retrocede atrapada en sus actitudes individualistas.
Resulta inverosímil el hecho de que hemos llegado al Siglo XXI y todavía no superamos la incertidumbre generada por los fantasmas que amenazan con conflictos bélicos con dimensiones peligrosas para la humanidad.
La violencia, es una de las manifestaciones más primitivas de la raza humana, se mantiene en nuestras sociedades y en ocasiones adquiere nuevas formas de presentación en la población.
Pero la violencia también nos impacta a todos cuando se hace colectiva e involucra a la población. La reciente poblada en la vecina República de Haití puso en manifiesto la capacidad primitiva del ser humano cuando sus necesidades básicas no están garantizadas, engendrando violencia.
La inseguridad ciudadana es otro fenómeno que se apoya en la violencia y tiene sus raíces en la desigualdad, en la falta de oportunidades, en la concentración de los recursos en minorías, y en las debilidades de un sistema de justicia inoperante.
Son amplias las oportunidades de mejoras que se demanda nuestra sociedad y que aun no hemos logrado superar.
Pero, estimados graduandos esto no significa que todo esté perdido. Somos aún un pueblo que siempre ha vivido de la fe en un mejor futuro. En este país aun quedan muchas asignaturas pendientes las cuales no dejan de ser oportunidades. En cada una de las áreas de las cuales se están hoy egresando profesionalmente existen nichos y espacios para desarrollarse.
UNIBE siempre ha apostado a la promoción de liderazgos transformadores. Esperamos que su participación en la sociedad responda a ese enunciado, y realmente asuman el rol protagónico, dejando sus improntas en la comunidad.
Han sido ustedes quienes han elegido un camino, una carrera profesional con la cual, si toman las mejores decisiones, si se acogen a los códigos éticos de su profesión, y si se mantienen activos y en actitud positiva, seguro lograrán sus objetivos y alcanzarán sus metas de éxitos personales.
Y ya para concluir ,mi consejo es que si hay algo que debe siempre abundar se llama PERSEVERANCIA.
La experiencia dicta que en muchas ocasiones hay que intentarlo varias veces para lograr los resultados esperados. Los emprendedores más exitosos casi siempre son lo que han aprovechado los fracasos como aprendizajes.
Acostumbro a citar el ejemplo de Thomas Edison, quien tuvo mil intentos fallidos para culminar con su invento: el bombillo. Al respecto dijo que no había fracasado mil veces, sino que su invento del bombillo requirió de mil etapas de desarrollo.
Otro gigante de la perseverancia fue Abraham Lincoln. A los 7 años de edad tuvo que empezar a trabajar para el sostenimiento de su casa. Cuando tenía 9 años, muere su madre. Lincoln fue sin duda muy persistente: a los 21 años pierde todo en los negocios. A los 22, se presenta como candidato al congreso en la carrera legislativa y pierde. Dos años más tarde vuelve, se presenta como candidato al congreso y pierde. Transcurrido 12 años y superado graves vicisitudes personales, se presenta de nuevo como candidato al senado y pierde.
Pero Lincoln continuo su carrera política y a la edades de 45 y 47 años fue presentado como candidato a la vicepresidencia no logrando ser electo en ambas ocasiones las elecciones.
Vuelve y dos años más tarde intenta de nuevo como candidato al congreso de los Estados Unidos y sufre una vez mas una derrota electoral.
Definitivamente, la perseverancia de Abraham Lincoln no tenia límites, la cual probablemente fue su principal fortaleza.
A la edad de 52 años es llevado como candidato a la presidencia por el Partido Republicano, logrando finalmente ser electo en esa ocasión como el decimo sexto Presidente de los Estados Unidos. Abraham Lincoln se constituyó como uno de los presidentes más emblemáticos de la historia de esa nación.
Finalmente, no le dejen todo a la suerte y al destino. Pregúntate a ti mismo: cuál es tu plan y si aún no lo tienes, no tardes en elegirlo. Porque siempre, siempre, debemos tener un motivo que nos impulse cada día.
Dios les Bendiga a todos. Felicidades.