Tendencias de la moda que arrasarán esta primavera-verano 2025
¿Vale una vida, 20 ó 90 pesos?
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Cada día hago el ejercicio mental de mantener una actitud positiva y enfocada, como ciudadana responsable, en aportar para vivir en una mejor nación.
Estoy convencida de que, en lugar de preocuparnos debemos abocarnos en ocuparnos en desaprender la violencia que notamos en muchas acciones cotidianas.
Sin embargo, cuando creemos haber visto y oído hechos tan indignantes que nos estremecen, las noticias de nuevas tragedias nos hacen saber que nuestra capacidad de asombro no tiene límites.
Hago esta afirmación tomando en consideración dos crímenes que me impactaron de la semana pasada y que aunque no corresponden a violencia intrafamiliar o género, entiendo necesario crear conciencia sobre estos hechos en el que perdieron la vida Gabriel Green Sosa, de 29 años, en Hato Mayor y Jonathan Villanueva Cabrera, de 32, en Monte Plata.
Green Sosa recibió 4 heridas de arma blanca, por el simple hecho de negarse a dar 20 pesos a sus dos asesinos, en tanto que, Villanueva Cabrera fue ultimado a balazos y machetazos, tras discutir por supuestamente negarse a pagar una cerveza de 90 pesos, dejando en orfandad a 3 hijos.
Estos trágicos y conmovedores sucesos nos permiten reflexionar y preguntarnos ¿Vale una vida 20 o 90 pesos? ¿En qué momento comenzamos a deshumanizarnos tanto para acabar con la existencia de alguien por valores tan irrisorios? ¿En dónde está nuestra capacidad de raciocinio, control de ira y respeto a la vida de otro ser humano? ¿Es qué no somos capaces de crear conciencia de que todas y todos tenemos derecho a una vida libre de violencia? ¿Qué tanto no cuesta pensar que por nuestros actos quedan afectadas nuestra familia y la familia lesionada?
La respuesta a estas interrogantes evidencia la necesidad de acciones urgentes:
Urge, enseñar a desaprender creencias, actitudes y comportamientos que perpetúan y justifican acciones violentas cotidianamente.
Urge, educar para la paz, multiplicar el fomento de la educación en valores e igualdad de derechos y predicar con el mejor de los ejemplos día a día.
Urge, combatir la alta incidencia de la violencia, con la sana convivencia, que trae bienestar, salud mental y unión.
Urge, no quedarnos indiferentes ante los hechos que nos impactan socialmente y destrozan la vida de familias.
Urge, hacer razonar que la vida no tiene precio y que dialogando las personas podemos gestionar acuerdos y buscar soluciones a conflictos del diario vivir.
Urge, concienciar sobre la necesidad de tener la inteligencia emocional necesaria para ser más empáticos y tolerantes.
Urge, seguir aportando herramientas para elevar la autoestima, recordar que somos especiales y que de nuestra actitud en gran medida dependerá nuestra felicidad.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.