De tanto afanarse
Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano
En lo largo de nuestra existencia el ser humano debe saber y por experiencia propia comprobar que cada día trae su afán.
“Solo un día a la vez” fue una expresión que escuché en una película que le ayuda a entender a las personas que por más que se afanen es poco lo que pueden abarcar.
Los nuevos tiempos y por la búsqueda constante por encontrar el bienestar y el placer han generado en muchas personas nada más que estrés y ansiedad.
Estamos en los tiempos en que todo tiene que ser ahora y ya, olvidando que por más rápido que querramos ir las cosas van a ser justo en su momento.
Es cierto, hay que trabajar el terreno, hay que esforzarse, y los que dan más estadísticamente tienen una tasa de proporción de que lograrán el éxito si está en su carta de ruta.
Hay muchos que han aprendido de la vida, y a sobrellevar los momentos, y las circunstancias que han entendido que solo hay que hacer lo justo.
Hacer lo justo no es hacerlo mal, ni sin esfuerzo, quiero decir poniendo lo mejor de nosotros; sin sobreactuaciones, sin querer ante los demás aparentar lo que no es.
En la carrera de la vida no se trata de demostrarle a los demás ni más ni menos, es darnos cuenta de que lo único que tenemos que superar es a nosotros mismos.
Se trata de que nos ocupemos por ser mejor personas, que aprendamos a aceptar que no somos más que simple mortales, que cometemos errores, que aprendemos de ellos.
Aferrarse a algo de manera desesperada y por ley de Morphy hace que se aleje más; las personas solo tienen que actuar natural, acorde a los tiempos, y entendiendo que las cosas no son más que circunstanciales.
Veo a tantas personas afanarse, dar demasiado, hacer lo que está fuera de su control, y no son más que personas sub-utilizadas, mal valoradas, porque los demás leen tal olfato perruno el miedo.
El miedo es una emoción completamente normal ante lo desconocido, pero extenderlo más de lo establecido habla de lo poco adaptado que puede ser la persona, y del temor a los retos.
Muchos le temen a personas, a lugares, a situaciones, cuando todo eso en mayor y menos proporción no es más que la extensión de la especie.
Pienso y luego escribo: 2 manos, 10 dedos, todos distintos, distintas mentalidades, distintas personas, pero en el fondo todos buscan estos dos elementos en común: Aceptación y felicidad, para qué afanarnos tanto?
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