Cómo vencer el jet-lag sin el café
La curadora y directora creativa Ximena Caminos se crió en Buenos Aires, donde trabajó en el Museo de Arte Latinoamericano de la ciudad antes de asociarse con su ex esposo, Alan Faena.
Estados Unidos.- Juntos crearon hoteles homónimos en Argentina y Miami Beach. El objetivo de Caminos fue establecer la credibilidad del mundo artístico a través de exposiciones, comisiones específicas y centros culturales. Caminos fue la fuerza impulsora del centro de arte Faena Forum en Miami, que se lanzó con una gran fanfarria hace dos años durante la celebración de Art Basel Miami Beach (Caminos sigue siendo una consultora de arte junto a Faena).
Caminos, que suele volar unos 640.000 kilómetros al año, ha recopilado una serie de consejos prácticos para viajar, comenzando con su secreto para curar el jet-lag sin café:
1: Viajo a todas partes con la hierba de mate. Los argentinos somos unos auténticos adictos al mate. Es nuestra versión del té verde, una infusión que puedes beber todo el día y que te mantiene en movimiento. Lo tomo específicamente por la mañana, de la misma manera que los estadounidenses o los europeos toman su café. Pero el café da temblores y el efecto es corto, de unos 20 minutos.
El mate no es agresivo para tu estómago y te mantendrá despierto, pero no de una manera inestable. Hago mi propia versión de la infusión, con manzanilla y con un poco de miel, por lo que solo hay el 70 por ciento de mate. Siguiendo el ritual, yo traigo mi propia taza y el termo que, por cierto, compré en Islandia.
2: Nunca reservo boletos por adelantado. Cambio tanto las fechas que termina siendo mucho más caro que si las compro a último momento. Además, cuando compras en el último minuto, también puedes obtener beneficios increíbles. Muchas veces, me he dado cuenta de que puedes obtener realmente buenas ofertas en las últimas 24 horas antes de un viaje. Somos esclavos del tiempo, del reloj, de nuestros deberes, y ese tipo de rutina esteriliza tu menea.
3: Usa a Jorge Luis Borges como tu guía turístico. Hay una frase de Borges que siempre me pareció interesante. Dijo: «Para conocer realmente una ciudad, debes perderte en ella». Así que ese es un juego al que me gusta jugar. Hay una sensación de asombro. Creo que perderse te abre más, prestas más atención. Si sabes que vas de aquí para allá, uno se enfoca en la ruta en lugar del terreno. Pero cuando estás perdido, estás analizando tu entorno.
Cuando estuve en Tokio con mi hijo Noah, que tiene 8 años, agarré su mano y dije: «Vamos a perdernos». Así que bajamos al metro y tomamos un tren durante una hora, luego bajamos donde nos pareció, resultando ser el vecindario más extraño que jamás puedas imaginar. Se llamaba Shimokitazawa, y era un área comercial de bajo perfil con muchos lugares de moda vintage y muchas arcadas. Fue una experiencia divertida.
4: Bjork es una de las personas más extraordinarias que conocí en uno de mis viajes. Nos conocimos en un viaje a la Bienal de Venecia. Cuando la conocí, me contó sobre Akureyri (en el norte de Islandia) y es un lugar que me encanta. Ella me prestó su casa, que queda al lado del lago, para que me pudiera quedar allí durante mi primer viaje. Ella me dijo: «Este es el número de mi madre, llámala y te dará la llave. Por cierto: al amanecer, cuando te levantes escucha a los pájaros». También me recomendó algunos lugares a los que poder ir. Fuimos a una fiesta de máscaras en Idno, también a un bar llamado Gaukurinn, vimos un show llamado «Dragsugur», un restaurante llamado Snaps que servía muy buenos cócteles, y Hurra, un espacio para música y bandas.
5: Utiliza estas dos formas para juzgar la calidad real de un hotel. El servicio de habitaciones es un buen termómetro para saber cómo funciona el hotel operativamente. El hotel no gana dinero con eso. Pero dependiendo del «nivel de amor» que te brinden, podrás saber si el hotel se está estirando o no para complacer al huésped.
Cuando llegas temprano de América a Europa, ¿el hotel te permite hacer el check-inantes de tiempo? Un buen hotel estará listo para las llegadas anticipadas y facilitará las cosas a sus clientes.
6: Negociar, negociar y negociar. Siempre hay que negociar la tarifa del hotel. ¿Cuál es el costo para el hotel si esa habitación queda desocupada? El mercado de lujo tiene mucho margen. En hoteles de alto standing como el Faena Buenos Aires, una habitación desocupada cuesta USD 50 al día debido al aire, la energía… Una habitación que está ocupada cuesta unos USD 70 (incluido el servicio de limpieza). La gente podría llamar, por ejemplo al Ritz, y reservar siete días en una suite, pensando que la tarifa es fija. Pero si te vas a quedar varios días, por lo general, puedes negociar al menos un 15 por ciento de descuento.
7: Utilizar el aroma como recuerdo. Tengo un fetiche por los recuerdos aromáticos, especialmente el té o el incienso. Hay una farmacia en Marrakech, la Herboristerie Palais El Badia, donde te sientes abrumado por todas estas especias y olores. También tienen corteza y cristales. Me encanta descubrir ese tipo de cosas. Y conozco el mejor incienso del mundo: está hecho solo por una anciana en Bali, y no lo conseguirás en Amazon. Mi amigo me trajo un poco, y es el olor más extraordinario que jamás he experimentado. Así que cuando fui a Bali, compré todo lo que ella tenía.
Fuente: The Washington Post