En el campo del espíritu se transita en el sendero de la confianza
Susan Espaillat
La esencia espiritual está en todo lo que hacemos y en todo lo que somos. El sistema espiritual también tiene sus leyes y para que su bendición se manifieste en este mundo físico y en todo lo que hacemos tenemos que cumplirlas. Evidentemente no soy una experta conocedora de las leyes del Espíritu, pero si me considero una gran estudiosa y observadora de mi circunstancia con relación al Todo.
Una de esas leyes está relacionado con el amor. Amar a tu ser sobre todas las cosas. Amar a tu Yo Soy, es como la tradición cabalística ha denominado la presencia de Dios en nosotros. El ser habita en el mundo invisible, en la llamada cuarta dimensión. Estamos constantemente trabajando en dos mundos, concomitantemente, unidos unos a otros. La comunicación con nuestro Ser es la forma más perfecta para lograr la orientación, la protección, la purificación y el éxito en los negocios y en nuestra vidas. Pregunta y se te contestará dice las sagradas escrituras. La pregunta sería ¿cómo logramos una mayor conexión con nuestro Ser Superior, con nuestro Yo Soy o esencia Crística? La oración, la meditación, la práctica espiritual de alguna disciplina, escuchar mantras, son algunos de los ejemplos que más he visto que ha dado buenos resultados.
Una vez que formulo la petición estoy atenta a la respuesta, y la pongo en marcha, esto es el HACER. Es actuar en sintonía con un movimiento sanador y espiritual, que sabe hacia donde se localiza lo mejor para mí. Este hacer, desde la orientación de esta dimensión, es fresco, sencillo, ligero. Así veo las señales de quien me guía, así distingo entre el Ser Superior y mi Ego.
Esta combinación trae como consecuencia el TENER. La llegada de la solución o el suministro es el regalo de lo que yo misma me he permitido atraer siguiendo estas reglas.
Los cabalistas nos enseñaron que una de las leyes para atraer la ayuda del cielo es “recibir para compartir”. El deseo de tener para compartir activa la llegada de eso que queremos. Diezmar siempre es considerado una de las leyes espirituales para lograr que más no llegue y está en sintonía con las enseñanzas del Maestro Jesús “hay si se bendice, se multiplica si se comparte”.
La autora es abogada y estudiosa del mundo espiritual