Falta de controles en las escuelas ante manifestaciones amorosas
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Los centros educativos han de ser un espacio integral que refuercen las capacidades, valores, actitudes, habilidades y competencias del estudiantado, en el marco de un ambiente que les permita capacitarse para mejorar su calidad de vida y lograr éxitos en sus aspiraciones.
En el presente mes hemos visto, coincidiendo con un Ministerio de Educación acéfalo, ante la renuncia del ministro para formar parte de los pre candidatos a la presidencia de su partido, que se hicieron virales en las redes sociales tres manifestaciones amorosas en escuelas públicas, que motivan a la reflexión y al cuestionamiento de la ausencia de controles y consecuencias, así como de falta de conciencia por parte de los adolescentes.
Al parecer el día de San Valentín incentivó las hormonas de dopamina (responsable del placer), endorfina (que produce felicidad) y serotonina (que alivia el estado de ánimo) en los estudiantes.
En un video observamos a un menor de edad, arrodillarse y entregarle a una compañera una pequeña caja de regalo con un preservativo, y luego expresarle en una cartulina, con un lenguaje vulgar, que deseaba tener relaciones sexuales, en medio de la algarabía de otros compañeros que grabaron la escena.
En otras grabaciones en celular y publicadas en las redes, observamos a tres parejitas de estudiantes en pleno pasillo de otra escuela besándose apasionadamente y como en el recreo de otro centro, un adulto visita a su pareja del mismo sexo y le regala un gran peluche, como manifestación de su amor, quienes incitados por el grupo terminan dándose un beso, acción que la directora de la escuela consideró que “lo primordial es la estabilidad emocional del joven”.
Bien sabemos que el amor es una de las emociones humanas más hermosas y plena y que, en la adolescencia es normal que se experimente ese sentir de atracción física y del deseo de estar juntos. También es un derecho humano respetar la individualidad de cada quien, pero lo que resulta inaceptable es que los estudiantes no respeten el espacio de la escuela, que los centros no cuenten con un personal calificado que haga cumplir las normas morales y se desconozca el régimen de consecuencia de estos casos.
Al parecer, docentes y estudiantes desconocen que, desde el año 2014 el Ministerio de Educación publicó un Manual Operativo de Centros Educativos Públicos, instrumento que los define como espacios adecuados de enseñanza y aprendizaje, con niveles altos de seguridad para la integridad física y psicológica de sus miembros, que además establece pautas claras para el comportamiento idóneo ante situaciones imprevistas, como las expuestas anteriormente.
En nuestros roles de ciudadanos y ciudadanas responsables debemos esforzarnos cada día en contribuir a educar en valores, a concienciar a los jóvenes sobre el respeto a su centro de enseñanza y advertirles que sostener relaciones sexuales a temprana edad constituye un riesgo de embarazos indeseados y de contagio de infecciones, lo que en nuestro país es un desafío pendiente.
Si deseamos promover la cultura de la paz, tenemos que fomentar el respeto a las escuelas, como segundo hogar.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia