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¿Cuándo estamos mal criando?
Aprendiendo a ser padres
Karla Dewindt
Cuantas veces no hemos escuchado de alguien cercano decirle a otro con hijos “Lo estas malcriando”, ustedes son demasiado consentidores, no carguen tanto a ese muchacho, déjenlo llorando hasta que se duerma, tienen que darle su espacio, se está apegando mucho a ustedes; estos consejos que hemos estado escuchando desde tanto tiempo pueden funcionar para algunas familias y su niños, pero para otras tal vez no funcione y puede interferir y afectar el desarrollo de un niño.
Muchas veces las conductas que exhiben nuestros peques nosotros los adultos la clasificamos en buenas o malas, sin recordar que ellos están explorando y aprendiendo, la ley de causa efecto. Los primeros años de vida son tan importantes para el desarrollo cognitivo y emocional, que verdaderamente el ser frío o distante no ayuda en nada.
El niño en estos primeros años necesita sentirse amado, importante y protegido, que lo mal críen si es que esto significa darle todo lo que ellos necesitan. Dejar un bebe llorar porque está manipulando es frío y hasta inhumano, los bebés no manipulan. En general nuestros peques no necesitan una fuerte disciplina necesitan ser amados, abrazos, besos, el sentir que estamos ahí para ellos no todo lo contrario.
Ojo con esto, no quiero decir que les dejen hacer todo lo que quieran, más bien que tomemos el tiempo de oír sus demandas y darles respuestas certeras a sus necesidades, Un “No” con una buena explicación es mejor que un “Sí” indiferente.
Pero es sumamente importante entender que no atender las demandas de nuestros hijos bajo cualquier justificación no es bien criar es como lo dice la palabra “mal criar” es crear seres manipulables, con baja autoestima y propensos al sufrimiento emocional, que sin darnos cuenta hemos estado causando generacionalmente.
Es en mi humilde opinión tiempo de hacer conciencia y empezar a hacer con nuestros hijos lo que hubiéramos querido para nosotros que me atrevo a apostar que no es más que cariño y compresión auténtico, demostrémosles que nos importan como queremos que los demás lo demuestren con nosotros.
La autora es mamá, Psicóloga Clínica, espec
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