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El amor en los tiempos de las apariencias
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Pienso y Luego Escribo
Iranna Teresa Flaviá Luciano
Vivimos en tiempos donde solo se juzga lo que se ve, y mientras más bonito lo miramos mejor.
En mi artículo anterior hablaba como los sentimientos en la era del whatsapp se habían reducido a un simple emoji para expresar lo que se siente.
Decía también que se vive en tiempos del qué dirán, y por esta razón ante los ojos de los demás queremos y debemos de lucir perfectos.
La perfección en algunos ha llegado a causar secuelas de estrés, el querer pertenecer a determinados grupos y seguir corrientes que están fuera del alcance es un tanto difícil.
La vida siempre tendrá grupos diferentes de personas que algunas estarán económicamente por encima de ti como otros más por debajo.
Eso pasa en las relaciones de pareja, que en fotos, videos, en lo personal, son toda dulzura, y a decir verdad y a puertas cerradas poco o nada se sabe de esa relación.
Son muchos los conflictos, las rupturas que se dan, que se niega uno a aceptar por cómo se veían las personas en pareja.
Muchos teóricos aseguran que es muy saludable mantener las relaciones lejos de los flashes o de la exposición, que mientras menos se dice mejor.
Soy de las que piensa que dentro del límite de lo normal es posible, ni sobre-exposición, ni ninguna exposición, en su justo equilibrio es bueno.
Cuando no se tiene nada que esconder, es muy lindo poder gritar lo que se siente.
Una relación es como una planta, hay que regarla, trabajarla cada día; llegar a ella es fácil, hasta por coincidencias.
Mantenerla es el gran reto, pudiendo estar una persona sola sin tener a nadie a quien darle cuentas, que bello es crecer juntos.
Nadie tiene un crecimiento mental, ni personal sin depender de más personas que acompañen en el camino. Se necesita vivir la experiencia y a aprender de los demás.
Es por esto amable lectores que una vida en pareja, aunque algunos desacreditan la teoría es mejor para la mente y el alma.
Te hace sentir vivo, con tareas que atender, y cuando tienes hijos sientes que vidas dependen de ti, y de cómo los cuidas es casi el motor que mueve cada rueda del día a día.
En sí, el amor en el tiempo de las apariencias es difícil de deducir, no se puede decir a ciencia cierta por más que se derroche miel de que se habla.
Pienso y Luego Escribo: De fórmulas no hay nada escrito, de las mejores solo el tiempo y la calidad han hablado por sí solas.