Microsoft vuelve a ser la empresa más grande casi 20 años después
La compañía de Bill Gates alcanza el liderazgo gracias a la nube
El imperio contraataca. El resurgimiento de Microsoft es sin lugar a dudas digno de película. El caballero de esta aventura es Satya Nadella, que entró en la compañía en febrero del 2014 y que en pocos años le ha devuelto la autoestima y el liderazgo.
Bloomberg habla de “milagro” y de Nadellaissance, en el sentido de renacimiento. Hace pocos días la compañía tocó por unos instantes la cota del billón de dólares en capitalización bursátil, algo que sólo han conseguido Amazon y Apple y que, hasta hace unos años pocos podían imaginar. El precio de sus acciones se ha triplicado en un lustro. Si se hubiesen invertido 1.000 dólares en 2009, hoy, diez años después, se habrían convertido en 8.000.
Desde la llegada de Satya Nadella, las acciones se han triplicado
Microsoft hoy tiene más suscriptores (214 millones) que Netflix y en los servicios de la nube ( cloud) obtiene más ingresos que Google. “No conozco ninguna otra compañía de software en la historia de la tecnología que haya sufrido períodos tan duros y que se haya recuperado tan bien”, reconocía Reed Hastings, consejero delegado de Netflix. Como subrayaba el inversor Charlie Belillo, Microsoft era la compañía más grande del mundo en el 2000 por su valor en bolsa. Han pasado casi veinte años y –aunque sea por unos instantes– volvió a serlo. Ninguna de las otras nueve empresas de las top 10 de aquel entonces siguen en este ranking. Es la única que se ha mantenido. Para entender este viaje, todo empieza hace casi cinco años, con el final del reinado de Steve Ballmer, el todopoderoso consejero delegado de la criatura fundada por Bill Gates. La compañía había entrado en un período de obsolescencia. Iba detrás en los motores de búsqueda, en las redes sociales y los móviles. Su mayor fuente de ingresos, el sistema operativo Windows, dependía del mercado del PC, que estaba en declive.
Según el profesor de IE Business School Enrique Dans, “la historia de Microsoft la marcan un fundador muy inteligente, Bill Gates, y un directivo enormemente inspirador como Satya Nadella. En el medio está un hooligan ignorante, un financiero carente de visión estratégica llamado Steve Ballmer, que estuvo a punto de hundirla despreciando todas las tendencias tecnológicas del momento. Cómo una compañía con tanto talento como Microsoft fue capaz de mantener a semejante incompetente en el cargo durante tantos años debería ser un caso de estudio en las escuelas de negocio”. En su opinión, “Microsoft ha pasado de creer –erróneamente– que lo sabía todo con Ballmer, a ser una empresa que se siente en situación de estar siempre aprendiendo con Nadella, infinitamente más adecuada para un entorno en cambio rápido y permanente”.
La empresa ha apostado por la nube y abandonado negocios poco rentables
Josep Salvatella, de la consultora Roca Salvatella, sostiene que, paradójicamente “la fortaleza de Microsoft es que no lidera nada. Es un buen segundo. Va por detrás de Amazon en la nube, de Facebook en las redes (con Linkedin), de Apple en las tabletas (Surface), de Sony en los videojuegos (XBox). Diría que es una compañía convencional, pero inteligente porque ha entendido que puede haber espacio para ella en muchos mercados diferentes. Han sabido jugar sus cartas. No tiene la obsesión de alcanzar el liderazgo a toda costa o de ser disruptiva, como Apple, Google o IBM. Su rasgo común es acompañar al cliente profesional y empresarial. En este sentido, es una empresa humilde. Y esto le da algunas ventajas, porque tiene menos dependencia que otras rivales, como por ejemplo Apple, de los móviles”.
Una de las primeras decisiones de Nadella fue acabar con la inversión en telefonía móvil. De un plumazo, borró lo de Nokia (7.600 millones de dólares inscritos en el balance) y despidió a 7.800 personas. “No puedes ser una compañía y de repente, porque tienes éxito, intentar hacer algo diferente. Simplemente no funciona”, dijo Nadella. Dejó los productos de consumo para reenfocarse en las empresas. En el primer mail que mandó a los empleados, no puso en ningún momento la palabra Windows. “De repente, todo era nube, nube, nube”, relata un empleado.
Y las cifras lo confirman. Azure, el servicio de la nube de Microsoft, compite con Amazon Web Services (AWS). Este año sus ingresos deberían subir un 75%, hasta los 13.500 millones de dólares. La cuota de mercado sigue subiendo y ya ha alcanzado el 17%. Según el banco Nomura, “ninguna compañía puede presumir de tasas de crecimiento similares”. Como valor añadido, Microsoft atiende a clientes que tienen algunos de sus datos en la nube y otros en servidores de su sede corporativa. Un sistema mixto que tutela la privacidad.
“Microsoft ha vuelto a ser cool”, exclamó el presidente del coloso publicitario WPP, Mark Read. Pero Microsoft, aunque haga dinero con la nube, mantiene los pies en el suelo. “Se habla mucho de que Mircrosoft es cool otra vez, pero no es este el objetivo de la compañía: nuestro trabajo es hacer que la gente sea cool, no necesitamos serlo nosotros”, dijo el director de tecnología de Microsoft, Kevin Scott. Y es que pese al éxito, Nadella sigue dando lecciones de humildad. “Me sentiría disgustado si alguien celebrara el billón de nuestra capitalización bursátil. Sería el principio del fin”. Palabras dignas de un Jedi.
Fuente: La Vanguardia