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El nivel de incompetencia
Desde mi Perspectiva
Alliett Ortega
Esta semana en desde mi perspectiva quiero hablarles de algo que solemos escuchar en nuestros entornos laborales, y es cuando escucho decir que alguien ha sido promocionado sin merecerlo y que le viene el puesto grande inmediatamente, o si se contratata a alguien y no da la talla, me viene a la memoria el principio de incompetencia de Peter ´´En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia. La nata sube hasta cortarse´´, explicado de manera sencilla viene a decir que, si eres bueno y haces un buen trabajo en tu puesto actual, tu tendencia es a ascender; y si en el nuevo trabajo continúas desarrollando tus funciones de manera eficiente, seguirás creciendo… así sucesivamente hasta alcanzar un puesto en el que ya no lo harías tan bien y que determinaría tu nivel de incompetencia, que es el punto donde ya no puedes seguir creciendo, Peter formuló este principio hace más de 40 años pero aún sigue hablándose de él; por algo es uno de los más conocidos en RRHH.
Y es que diferentes puestos, distintas habilidades, sabemos que estrenar puesto conlleva cambios. Hay que adaptarse a nuevas tareas, interlocutores, cambia la manera de comunicarse, la responsabilidad, etc. Y, por si fuera poco, Peter da a entender que nada de lo que hayas hecho antes importa porque eso no te asegura el éxito en el nuevo puesto. Es más, opina que con el tiempo alcanzarás un nivel que supondrá tal desafío que excederá de tus capacidades. Ese puesto es el techo, el límite donde empieza la incompetencia de cada uno y para el que propone una única solución: retroceder a los puestos anteriores.
Sin embargo, este principio se olvida de que cualquier habilidad se puede aprender, pero lo que, si nos deja claro que antes hay que pasar por la frustración inicial de saberse incompetente, pero una vez que eres consciente de tus propias deficiencias, se puede pedir ayuda o incluso auto capacitarse para aprender técnicas nuevas.
Hay un cuento que trata sobre dos ranas que cayeron en un recipiente de nata líquida, ninguna podía salir. Cada vez se hacía más difícil mantenerse en la superficie para respirar, por lo que cada vez se hundían más, una de ellas dijo: «Es imposible salir de aquí. Dejaré de nadar, de todas formas, vamos a morir». Y dejando de nadar, se hundió entre la nata. Sin embargo, la otra rana, a pesar de las dificultades siguió chapoteando sin parar. Nadó tanto que la nata se montó. Y dando un salto pudo salir del bote. Por tanto, el principio de Peter se puede vencer, porque en definitiva ser competente o no, depende de uno mismo. Con buen talante, ganas y esfuerzo podemos subir peldaños en la escalera del aprendizaje. Pero eso sí, hay que querer hacerlo.
Una de las preguntas obligadas que debemos de hacernos cuando se reflexiona sobre el principio de Peter es: ¿Aceptarías un ascenso sabiendo que no estás preparado?, esto es un gran dilema, especialmente cuando el ascenso llega de improviso, sin buscarlo y antes de lo esperado. Personalmente, no conozco a nadie que haya dejado pasar la oportunidad de reducir sus cargas financieras rechazando un ascenso. ¿Y tú? Lo harías, bueno pues yo si me arriesgaría, la vida es eso tomar el riesgo, y afrontarlo, conociendo tus fortalezas y debilidades, y es como cita Michael Levine:
Desde Mi perspectiva una oportunidad significa estar dispuesto a entrar en acción, estar dispuesto a entrar en acción significa estar dispuesto a asumir un riesgo, y estar dispuesto a asumir un riesgo significa estar dispuesto a adoptar un cambio. Luego tenemos la fórmula de Oportunidad = Acción + Riesgo=Cambio ´´, Hasta una próxima Entrega.