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La Vocación factor clave en la felicidad laboral
Alliett Ortega
Desde mi Perspectiva
Desde mi perspectiva esta semana quiero conversar con ustedes algunos puntos de vistas relativos a la felicidad laboral, en momentos de crisis en que la cotidianidad, la globalización, y toda esta presión social, y económica que vivimos muchos piensan que ser feliz en el trabajo es algo inalcanzable, respeto estas opiniones pero desde mi perspectiva no es así, las personas pueden ser felices en su trabajo, y estudios así lo demuestran, ahora bien, ¿cuáles son los más felices?, pues aquellos puestos ocupados, principalmente, por ocupaciones donde la vocación es clave, según mi investigación la mayoría de las clasificaciones existentes del mercado laboral tienen forma piramidal, y están total o parcialmente influenciadas por la jerarquía profesional, en la parte más baja de la pirámide se encuentran los puestos de trabajo con menos responsabilidad y menos dificultad (por supuesto aquellos rutinarios, con los mínimos sueldos posibles), en la parte intermedia se sitúan trabajadores con ciertas competencias y responsabilidades y con un nivel retributivo algo mayor, y a medida que nos acercamos a la parte superior de la pirámide, los puestos de trabajo tienen mayor responsabilidad y nivel de exigencia y por supuesto mayor nivel retributivo. La aspiración de muchos profesionales es ir subiendo en esta pirámide pensando que a medida que logren subir peldaños también irán aumentando su felicidad.
Ahora bien, en la realidad no es así, es decir, que la felicidad en el mercado laboral no se correlaciona directamente con el nivel jerárquico sino tiene en cuenta otros matices, para explicarlo, me gusta ordenarlo también en forma piramidal, en el primer nivel de esta pirámide de la felicidad tenemos el trabajo que sirve para cobrar un sueldo a final de mes, no hay otro objetivo que asegurar los ingresos para poder mantener la familia, tener algo de diversión, no se espera otra compensación que la económica, en el segundo nivel encontramos lo que los especialistas llaman como carrera profesional, en este caso, la retribución económica sigue siendo muy importante, pero ya no es lo único, aquí valoramos aspectos como las posibilidades de promoción, ascensos, aprendizaje, formación, se supone un paso más que el puesto de trabajo, pues la persona no sólo valora la retribución económica sino las posibilidades de desarrollo y crecimiento profesional que esto implica, y en tercer nivel, en la cima de la pirámide de la felicidad se sitúa lo que se conoce como vocación, así es como lo escuchan ‘La vocación’’, en palabras de Martin Seligman (conocido psicólogo norteamericano, especialista en psicología positiva), supone un compromiso apasionado con el trabajo por él mismo.
Desde mi perspectiva las personas con vocación consideran que su labor contribuye al bien general, a algo que trasciende al individuo, para estas personas el trabajo es satisfactorio independientemente de la retribución económica y la carrera profesional. Además, cualquier trabajo puede convertirse en una vocación y cualquier vocación en un trabajo. Es sin duda el nivel más alto de la pirámide. Y en esta clasificación, a diferencia de la pirámide del mercado laboral, se ha demostrado científicamente que la felicidad (en el ámbito profesional) depende totalmente del nivel que se ocupa en la pirámide de la felicidad. Es decir, las personas que tienen una carrera profesional son más felices que los que tienen un puesto de trabajo y las personas que tienen y siguen su vocación son mucho más felices que el resto. Además, sigue la forma de la pirámide pues a medida que subes el nivel, lamentablemente se reduce muchísimo las personas que están en ese nivel.
Desde mi perspectiva sólo existe una posibilidad de poder ascender en ambas pirámides de forma simultánea: a través de desarrollar y potenciar tu marca personal. De esta forma, podrás crecer a nivel profesional (mayores retos, responsabilidades y remuneración) y podrás ser más feliz al dedicarte a aquella actividad que te gusta, que aportas valor a la sociedad y te permite ser feliz. Para ello debes trabajar muy duro, formarte debidamente, asumir nuevas responsabilidades, si quieres ser más feliz, tienes que escalar en la pirámide de la felicidad, conócete mejor, identifica tus fortalezas y sobretodo, descubre tu vocación. No hay nada que te hará más feliz (en el ámbito profesional) que convertir tu vocación en tu profesión. Porque, además, se ha demostrado recientemente que las personas que trabajan en su vocación tienen mucho más éxito lo que suele comportar mayores ingresos y sobretodo mayor felicidad.
Desde mi perspectiva se debe apuntar a encontrar nuestra vocación en el entorno laboral, pero esto no quiere decir que no podamos tener un equilibrio con otros factores como las condiciones (el sueldo, el horario, las vacaciones, la conciliación), la cultura de la organización, y la relación con tus compañeros”, es decir, la vocación influye en el tipo de empleo que se elige, pero la satisfacción laboral dependerá de muchas otras , y es que “No todos encontramos nuestra verdadera vocación, pero eso no significa que estemos condenados a trabajos sin sentido”, y es que muchas personas ven su trabajo como una vocación porque les motiva o tiene sentido para ellos: les sirve para relacionarse con otras personas, aportan beneficios a la sociedad o pueden pagar sus deudas. En este sentido, conocer cuál es el objetivo de la organización en la cual trabajamos, nos ayuda a enfocarnos en un bien mayor, un ejemplo de esto, y que aparece en distintas publicaciones una de esas historias que nadie sabe muy bien si llegó a suceder o no pero que puede servir para ejemplificar esta teoría. Es corta: John F. Kennedy se topó con un conserje durante una de sus visitas a la NASA en 1962. Cuando el entonces presidente de Estados Unidos le preguntó qué estaba haciendo, el trabajador dijo: “Estoy ayudando a poner a un hombre en la Luna”. Cada pequeña labor en la empresa contribuye a un objetivo global mucho más ambicioso, todo dependerá la actitud con la cual tomes tu trabajo.
Desde mi perspectiva la clave está en aprender a separar el éxito de la felicidad. Aunque en numerosas ocasiones utilizamos ambos términos como sinónimos, son muy diferentes. El éxito se consigue obteniendo lo que se quiere, logrando un puesto de mando o culminando un negocio, o simplemente manteniendo las cuentas, y la felicidad, por el contrario, se refiere a la capacidad de disfrutar con aquello que se tiene. Hasta una próxima entrega.