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Cosechamos lo que sembramos
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Es común escuchar la frase “cosechamos lo que sembramos”, así que si tu siembra o enseñanza responde a valores y principios, gozarás del privilegio de relacionarte o convivir en un ambiente de respeto y armónico, en el que sentirás gozo interior, que te proporcionará paz e impulsará a seguir dando siempre lo mejor.
De lo contrario, si haz normalizado ofender, denigrar, menospreciar o calumniar en tu entorno, no cabe la menor duda de que vivirás una vida de constantes quejas y lamentos, en razón de que la vida es como un espejo que te devuelve lo que das.
En un reciente encuentro con estudiantes de la escuela Malaquías Gil, mi compañera Amarilys Durán les expresó que se imaginaran que eran una plantita pequeñita que van creciendo según lo que les van proporcionando, ya sea abono, agua, cariño o cuidado, para hacerles entender que si sembramos amor cosecharemos amor.
Recuerdo cuando tenía mis dos hijas e hijo pequeños a mi madre decirme “siembra, siembra, que la cosecha llegará”.
Y así ha sido, en razón de que ya adultos he sentido el privilegio y la bendición del buen accionar de Laura, Pamela y Enrique, a sabiendas de que no somos ni padres ni hijos perfectos, pero sí amorosos, respetuosos y solidarios, valores que nos permiten interactuar con facilidad y satisfacciones.
Como progenitores cuando tenemos los niños pequeños muchas veces vivimos quejándonos de sus conductas, pero nuestro deber como adulto es reflexionar, en primera instancia, y preguntarnos cómo nos estamos relacionando con ellos y con los demás, qué valores estamos sembrando y nuestros descendientes asimilando con el ejemplo.
Cuestionémonos: ¿Respetamos o irrespetamos sus pareceres? ¿Brindamos tiempo de calidad para escucharlos o jugar?, ¿Les dedicamos el tiempo necesario?, ¿Les estimulamos o vivimos criticándolos?, ¿Los comparamos con otros o no?, ¿Dialogamos o peleamos constantemente?
A partir de las respuestas podemos concluir que, en un ambiente en que no reine el respeto entre sus miembros por poner un solo ejemplo, se dificulta la posibilidad de convivir armónicamente. Por ello, tanto la familia como la comunidad educativa juegan un papel importante en la educación de valores.
Sin lugar a dudas, si brindas o siembras en todo tu accionar buena escucha, empatía, respeto y tolerancia, entre otros tantos valores morales, generarás paz, luz, positivismo y sana convivencia.
Lo admirable de la vida es que nos regala diariamente una nueva oportunidad para sembrar todo lo bueno y aunque quizás no podamos ver su cosecha, otros la verán y nos llevaran en el corazón por haberlo hecho.
Anímate a cada día multiplicar tus semillas de amor y paz y cosecharás más alegrías.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur