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COVID-19, los hombres y sus labores en el hogar
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Con la aparición del coronavirus Covid-19 y la crisis mundial sanitaria que ha generado, vivimos un tiempo inesperado por todos/as, en el que fluyen muchas emociones y en el que debemos cuidar tanto la salud física como la mental.
Es por ello amables lectores que, dedico este espacio de promoción de paz a resaltar la necesidad de que impulsemos la construcción de relaciones igualitarias en el seno de la familia, inicio exitoso de una sociedad equitativa y respetuosa de los derechos.
Fruto del aislamiento social que debemos cumplir responsablemente, hemos visto en las redes a parte la población masculina, e incluso figuras del arte nacional con gran influencia, en motivar a los demás a que nos #QuedemosEnCasa queriendo expresar así que “ayudan” en el hogar.
Entendemos que, la mejor forma de transformar la masculinidad y reducir los malos tratos contra las mujeres será a partir de que los hombres reproduzcan los ejemplos de los que se integran al cuidado de su importante espacio familiar, sin complejos de que pueden ser vistos menos viriles por ello, comprendiendo que no se trata de una “ayuda” sino del correcto “sentido de responsabilidad compartida”.
Si has tenido el privilegio de tener a su lado a una mujer (pareja, hija o asistente) que le resuelva sus problemas de alimentación y limpieza y nunca ha tenido que coger una escoba, un suaper, un sartén u olla para cocinar; si no has tenido que poner una mesa, recoger y fregar los platos, si tampoco ha ordenado su cama, limpiado el baño, arreglado una gaveta, entre otras tareas comunes y diarias que se hacen en donde vives, debes saber usted que la vida le está regalando la oportunidad de hacerlo.
Y es que ahora gozamos de lo que, antes decíamos que nos faltaba, por lo que es tiempo apropiado para renovarnos, sensibilizarnos con nuestros seres queridos, apoyarnos mutuamente, organizarnos y cumplir tanto con el trabajo desde nuestro hogar como con sus necesidades, lo cual va en beneficio de la familia.
El trabajo de cuidado y doméstico es realizado principalmente por las mujeres y en un análisis sobre el trabajo no remunerado en el país, la Oficina Nacional de Estadística reveló que el tiempo promedio dedicado a ello por las mujeres es de 15.7 horas de la semana, mientras los hombres destinan un promedio de 3.1 horas, reflejando las desigualdades existentes.
Debemos visualizar la familia como un equipo, comparable con los dedos de las manos, diferentes, pero que unida es poderosa y para conservar ese poder debemos lograr que cada miembro, de acuerdo a sus edades y posibilidades, cumplan con un rol importante, sin discriminar por género.
En el caso de que se conviva con un familiar de tercera edad, a quienes ahora debemos proteger con demasía, qué importará si es el hombre quien lo cuide, donde está escrito que tiene que ser la mujer únicamente, o si hay que botar la basura ¿Por qué tiene que ser el hombre? Si nosotras también podemos hacerlo, esos ejemplos corresponden a las creencias sexista que aún permanecen en nuestra cultura.
Afortunadamente en mi entorno, mi padre, hermano, esposo, hijo, yernos, cuñados, sobrinos, primos y amigos cumplen responsabilidades caseras y mi esperanza es que sigan accionando con el ejemplo, que es la única forma correcta de predicar masculinidad positiva.
Amigos estamos viviendo un tiempo valioso para reflexionar y reinventar nuestras actitudes, enfocándolas a que sean siempre para fortalecer las relaciones igualitarias y fomentar la convivencia pacífica en el hogar.
Los hombres pueden ser mejores personas, mejores padres y parejas cuando asumen su responsabilidad de aportar al cuidado de su hogar y de sus seres queridos. Les invito a que lo hagan.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur