La no comunicación en la pareja
Soraya Lara Caba.
Psicóloga. Terapeuta Familiar
La no comunicación en la pareja
Fragmento del libro Familia, crisis y cambio
Existe el axioma en la comunicación que plantea la “imposibilidad de no comunicar”. Es imposible no comunicarse con la pareja, aunque no le cuente sus planes, actividades, intimidades, miedos ansiedades. Con semejante actitud, simplemente le está comunicando que “no quiere comunicarse”.
Muchos cónyuges concurren a la terapia marital para presentar el problema de la comunicación verbal. No se dan cuenta que son expertos comunicarse mediante silencios, muecas, indiferencias, miradas. De manera que, en su comunicación cotidiana, el contenido no verbal suele ser más poderoso que el verbal.
La actividad o inactividad de las palabras o silencios tienen siempre un valor de mensaje porque influyen sobre los demás. De modo que imponen una conducta, por lo que a su vez, el otro cónyuge no puede dejar de responder a tal modo de comunicación.
Cuando un cónyuge se ve se sometido al silencio del otro termina por adoptar la misma modalidad, cayendo en un círculo vicioso. Un impone al otro el deseo de no comunicarse: no preguntes, no me hables, no me cuestiones. Muchos se desconectan durmiéndose, viendo televisión, leyendo el periódico en momentos que son apropiados para compatir con su pareja.
Estos silencios suelen generar un nivel de ansiedad muy alto en la pareja, pues, la guerra se libra en silencio o en lenguaje indirecto, es decir, a través de terceras personas o de los hijos.
La congruencia entre el lenguaje verbal y el no verbal es un factor de relevancia. La incongruencia se expresa mediante la contradicción entre el lenguaje verbal y el no verbal, respecto de un mismo objetivo de mensaje. Por ejemplo, cuando el cónyuge dice a su pareja “te amo”, y tan pronto esta última procura un gesto cariñoso, el primero le responde con un rechazo.
Importante es para la pareja aprender a solicitar información y aclaración cuando el mensaje no es comprendido, cuando es confuso o cuando es contradictorio en el plano verbal y no verbal.
El receptor tendrá que elegir con cuál de las dos respuestas se queda, si con la verbal o la no verbal. Lo preferible es en este caso es aclarar, pedir la información con claridad y denotar si el mensaje asumido es no. Generalmente, el quedarse atrapado en este tipo de diálogo genera confusión y se va perdiendo la capacidad de dar respuestas congruentes.
Todos los seres humanos necesitamos desaprender esquemas de comunicación defectuosos para aprender estilos que nos permitan un contacto íntimo con el otro, mediante el cual podamos expresar lo que sentimos y solicitar lo que necesitamos.