La adversidad no es el final, la vida continua
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
La vida nos presenta adversidades, que bien pueden convertirse en aprendizajes y retos para seguir adelante con nuestros proyectos, o pueden consumir nuestras fuerzas, si asumimos una actitud de rendirnos y quedarnos en el lamento de lo que pudo haber sido y no fue.
Amables lectores, hoy dedico este espacio de promoción de paz, a algunas reflexiones que he podido hacer, tras ver en Netflix la película “El Vendedor de Sueños”, basada en un libro, del mismo nombre, del psiquiatra, psicoterapeuta y escritor brasileño Augusto Cury.
Se trata del poder de sabiduría de un hombre, con aspecto de mendigo, que conecta y transforma las emociones de personas que enfrentan un gran desafío, como es el caso de un reconocido psicólogo que intenta suicidarse por no haber podido ayudar a su propio hijo.
La forma en que el primero convence al segundo de no cometer el trágico hecho es vendiéndole una coma (signo ortográfico) para que entendiera que no era el final de su vida, sino que podía seguir escribiendo su historia y renovar su relación con su descendiente.
Resulta que el vendedor de sueños, que dormía en un incómodo catre en plena calle, había sido un hombre millonario y poderoso, con una historia de vida marcada por la tragedia de perder a su esposa e hija en un accidente aéreo, generándole una culpabilidad que lo llevo a niveles psiquiátricos de tener que ser recluido y años después, le permitió reflexionar sobre su vida, el valor del tiempo y de ayudar a los demás.
Para este hombre, inspirador y con carisma de líder, el éxito está en conquistar lo que el dinero no puede comprar y es que nos pone a reflexionar sobre los excesos que muchas veces cometemos al invertir tanto tiempo en compromisos y competencias de nuestro mundo laboral e ir dejando a un lado instantes invaluables de la vida familiar como son las presentaciones artísticas de nuestros hijos e hijas en las escuelas.
Y es que para cualquier infante la presencia de su padre, madre o tutor en una actividad, le representa la seguridad necesaria para hacerlo lo mejor posible y le genera el bienestar de saberse querido y valorado por sus progenitores.
Ese instante de valor de nuestro tiempo también puede aplicarse a una actividad deportiva, graduación, cumpleaños, boda o el nacimiento de un nieto/a.
Otro aspecto que nos destaca esta película es como el hijo del reconocido experto en la conducta procede a imitar a su padre en querer quitarse la vida, pensando que no respondía a las exigencias de perfección que demandaba su padre, pero éste también le regala una coma, para que le diera otra oportunidad y siguieran como equipo valorando su amor y proyectos.
Validando estas enseñanzas a la realidad que representa hoy el Covid-19, una adversidad inesperada que ha llevado luto, dolor, desesperación, angustias, tristezas, insomnios y desempleos, debemos saber que de nuestra actitud dependerá si asumimos que es tiempo de adaptarnos a los nuevos tiempos y reinventarnos para seguir dejando nuestro legado en este paso por la vida o dejarnos vencer por la ansiedades y el miedo.
Aspiro a seguir fomentando la paz en las familias y por ello la realidad es aprender a utilizar la tecnología para seguir la misión de prevención, adaptada a charlas u otras actividades virtuales en la “covidianidad”.
Ser conformista no es una opción, tenemos que seguir trabajando de forma disciplinada, ética y perseverante, asumiendo cada obstáculo como una piedrecita en el camino que debemos poner de lado para seguir adelante nuestro proyecto de vida.
La vida sigue su curso, nos va dejando experiencias y enseñanzas. La adversidad no es el final, sigue luchando por tus sueños y por todo lo que te genere paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur