Neurólogo José Silié Ruiz recomienda procurar “cerebros felices” y mantener esperanza de que pandemia del coronavirus es temporal *Video
. Advierte que el estrés sostenido daña el corazón, cerebro, páncreas, hígado, pulmones. Específicamente en el cerebro produce ansiedad, angustia, irritabilidad, depresión.
. “El pueblo dominicano no puede perder la esperanza, porque es sabido que todas las pandemias de la historia han tenido su inicio y su fin”, dijo.
Santo Domingo.- “El estrés mata”, esta escueta advertencia expuesta por el neurólogo José Silié Ruiz, a propósito de lo que se vive por la pandemia del coronavirus, le permitió desarrollar una serie de recomendaciones para preservar la vida y procurar un cerebro feliz.
Lo explica científicamente. El estrés provoca una descarga de sustancias activas en el cerebro que aumentan la presión.
Ante un estrés sostenido, agregó, se disparan hormonas y neurotransmisores, tóxicos en excesos, como el cortisol y adrenalina, que pueden producir derrames cerebrales, depresiones, insomnios e irritabilidad.
También pueden causar desavenencias en el trabajo, familia y amigos, en ocasiones generando acciones violentas hasta por nimiedades.
Silié Ruiz, declarado en el 2015 maestro de la medicina dominicana por el Colegio Médico Dominicano, fue entrevistado por Fernando Quiroz e Iranna Flaviá Luciano, ejecutivos de Aplatanao News, a través de la plataforma digital Zoom.
Es egresado de la Universidad de Londres, con una amplia trayectoria científica y humanística, con cientos de artículos publicados, y su libro, muy bien valorado, Su Cerebro y Usted.
Desde hace años mantiene una columna semanal en el periódico HOY y es presidente de la Comisión de Medicina de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.
“Este virus ha arrodillado al mundo, de manera tal, que nos ha enseñado que somos seres mortales, sencillos”, dijo, tras indicar que se vive una expresión social de angustia.
El doctor Silié Ruiz definió al coronavirus como un enemigo traidor, invisible y que mata.
Insomnio y estrés sostenido
El estrés sostenido tiene grandes desventajas, entre ellas altera la fisiología, disminuye los momentos de descanso, expresó el experto.
El cerebro tiene un mecanismo, el reticular activante ascendente, que activa para despertar. En la noche tiene que secretar unas hormonas, serotoninas, para aplacar ese sistema de despertarse, y si no es adecuado, no se puede dormir.
El especialista explicó que el insomnio no es falta de sueño, y que hay tres tipos. Cuando no se puede iniciar a dormir, despertarse varias veces en las noches y dormir poco.
Considera que más de las dos terceras partes de la humanidad están inmersas en alteraciones del sueño por estrés sostenido.
Ese estrés daña el corazón, cerebro, páncreas, hígados, pulmones. Específicamente en el cerebro produce ansiedad, angustia, irritabilidad, depresión.
El estrés sostenido baja la defensa, y por una simple gripe, se crea un estado de pánico en estos momentos, ante la creencia de alguien de que puede estar contagiado por el Covid-19.
Felicidad y cerebro felices
Silié entiende que pese a esta pandemia, hay que tratar de ser feliz a toda costa.
Y no desea que vinculen la felicidad con el tener bienes materiales. Diferencia el nivel de vida, o capacidad de posesiones, con calidad de vida, que es disfrutar lo que se tiene, aunque se aspire a más cosas.
“Penosamente cuando a alguien le hablan de felicidad inmediatamente piensa en éxitos profesionales, en vehículos caros, en residencias, puramente lo material”, lamentó.
Esta pandemia, agregó, nos ha enseñado que igual se muere el más encumbrado como el pobre barrendero de las calles.
Advierte que si no logramos que nuestros cerebros sean felices vamos a salir de la pandemia con enfermedades, deprimidos, agotados y transformados en otros seres con los que nadie va a querer convivir.
Hay que luchar por tener cerebros felices, aun en estas circunstancias adversas.
“Tratar de ser felices, si a usted le gusta la música, escuche música; si le gusta la lectura, lea; si le gusta conversar, llame a sus amigos. Hay mucha ventaja y se disipa con la tecnología”, exhortó.
Covidianidad e inteligencia emocional
Educar el cerebro para vivir en covidianidad, Silié Ruiz lo vincula a la inteligencia emocional, capacidad que se tiene para manejarse ante circunstancias adversas.
Estimó que la situación más difícil, dentro de las medidas preventivas para evitar la propagación del virus, ha sido la pérdida de la libertad por confinamiento en casas, lo que ha restringido la socialización y limitado ingresos económicos.
Esto ha generado sufrimiento, dolor y estrés, admite, por lo que los profesionales de la psiquiatría y psicología tienen trabajo enorme.
Sin embargo, planteó la necesidad de que siga siendo obligatorio exigir medidas preventivas, con uso de mascarillas, distanciamiento físico e higiene. Por eso son tan importante las campanas de educación física.
Adelantó que uno de los retos de la neurociencia cuando pasen las complicaciones de la pandemia es tratar de responder por qué cada ser humano responde de manera particular al estrés, algunos se deprimen tan rápido y otros soportan con estoicismo.
Esto es temporal
Silié insistió en la importancia de entender que todo esto es temporal, y que hay esperanza.
Si al ser humano se le quita la esperanza, manifestó, ahí mismo dejó de vivir.
“Creo que lo que predomina o manda en este momento es que tengamos fe en el futuro, de que esto es temporal, y con la certeza de que mañana saldremos a las calles, a los balcones, cantando sin el riesgo, sin mascarillas, de que nos vamos a contagiar, y sin esas angustias y terrores que hemos estado viviendo”, precisó.
El cerebro y sus funciones
Comparó al cerebro con un coliflor, igual de peso, y parecido en forma. Tiene cien mil millones de neuronas y billones de conexiones.
Si pudiera extenderse la corteza cerebral tuviera el tamaño de una mesa de dómino. Y si se pudiera extender el cerebro, con todas sus conexiones, sería tan grande como una cancha de tenis.
El cerebro funciona en base a electricidad, dada por la conexión de las neuronas, en un lenguaje químico. El hemisferio izquierdo es matemático, organizado. En tanto, el hemisferio derecho, es más artístico, con las persuasiones visuales, la ideación.
Si no se ejercita o motiva el cerebro, estudiando, leyendo o socializando (plasticidad cerebral), se puede presentar más fácil Alzheimer, la forma más frecuente de demencia en personas iletradas.