La Transparencia e institucionalidad
Alliett Ortega
Desde mi Perspectiva
Esta semana quiero compartir con ustedes algunas apreciaciones de cómo debemos de visualizar el nuevo mandato gubernamental que ha dado inicio, y dando señales positivas en su esquema de gestión, y es abordando temas relativos a lograr un buen gobierno, y al fortalecimiento de la Gestión Pública, por lo que les hablaré desde mi perspectiva de la Transparencia, y la necesidad de la continuidad e institucionalidad de avances logrados a lo largo del tiempo, fuere la gestión que fuere, ya que como país somos referente, lo primero quiero situarme a los términos más usados, ‘’Transparencia’’, y ‘’lucha por la corrupción’’, esto se dice y menciona millones de veces en discursos, entrevistas, manifestaciones populares, declaraciones, reclamos ciudadanos, artículos académicos. Está en boca del periodista, del legislador, del opositor, del ciudadano inconforme, y es que no hay nadie que se quiera quedar afuera del reino de la transparencia, y que realmente nuestro país tengamos un régimen de consecuencias. La transparencia es un blanqueador de conciencias. También es un cuchillo moral que amenaza o extermina carreras políticas, e instituciones. En si es un valor aplicado a la conducta humana, no significa otra cosa que permitir que los demás entiendan claramente el mensaje que les estamos proporcionando, y perciban un mensaje que exprese lo que realmente deseamos o sentimos. Es uno de los puntos principales para hacer partícipe a los ciudadanos en este reto que es la innovación de la cosa pública, consiste en ofrecerles confianza, y para ello, una de las mejores herramientas para ofrecer esa confianza, se encuentra en la transparencia, mucho se ha avanzado como país en el libre acceso a la información pública , pero aún nos queda camino por andar, porque la misma debe obtenerse de una forma sencilla y completa, cómo se manejan los fondos públicos, criterios que han llevado a cabo una decisión, ósea todo lo relativo a una gestión de fondos públicos. Todo aquello que permita devolver al ciudadano la confianza, e incluso, pueda llegar a ser un actor más activo en sacar adelante nuestro país, un país de todos, como bien indico el presidente en su discurso, es el presidente de todos los dominicanos.
Desde mi perspectiva cuando nos orientamos a una gestión más transparente, esto a su vez minimiza la resistencia al cambio, un mecanismo de defensa que tenemos todas las personas por ele “miedo” a lo desconocido. Ser transparente es ser claro, evidente, no expresarse con ambigüedad que permita la interpretación. ¿Pero qué es la transparencia? Les comparto uno de los conceptos que mas me siento identificada de Betzaida García Silva. “Transparencia significa que las razones de toda decisión gubernamental y administrativa, así como los costos y recursos comprometidos en la aplicación de esa decisión, son accesibles, claros y se comunican al público en general” (Instituciones y servidores públicos responsables: Transparencia y rendición de cuentas en la gestión pública). A partir de esto podemos indicar que la transparencia y el buen gobierno son dos de los principios fundamentales sobre los que debe girar la gestión pública. Pero para el desarrollo de la transparencia gubernamental se debe de avanzar en la implementación de medidas de políticas en tres niveles de transparencia , un primer nivel , en la que el énfasis está en conocer la acción del gobierno; un segundo nivel que se relaciona al uso de la información por los ciudadanos para resolver problemas públicos y para una toma de decisiones más informada; y el tercer nivel que se dará cuando existan plataformas para la generación e intercambio de información entre el gobierno y los ciudadanos, y en la que existen mecanismos para la participación y colaboración entre diseñadores de políticas públicas y los beneficiarios de dichas políticas. Y es precisamente hacia el fortalecimiento de esas políticas de transparencia de segundo y tercer nivel, y no tanto en el derecho de acceso a la información hacia donde deben enfocarse las próximas reformas del Estado Dominicano para poder obtener de la apertura de la información pública la transparencia en el gobierno, la participación ciudadana y la rendición de cuentas que queremos todos los ciudadanos.
Desde mi perspectiva esto solo se puede alcanzar mediante la garantía de la institucionalidad, la cual se logra mediante la estrategia de la gobernanza la cual es el mecanismo para llegar a la gobernabilidad, el objetivo final, o lo que sería lo mismo, que existiera un “buen gobierno”. Pues la institucionalidad no es más que el conjunto de creencias, ideas, valores, principios, representaciones colectivas, estructuras y relaciones que condicionan las conductas de los integrantes de una sociedad, caracterizándola y estructurándola (Correa, 1999). Y es que lo institucional supone un proceso sistemático de consolidación (permanencia y uniformidad) de conductas e ideas a través de medios e instrumentos (organizaciones y normas) para alcanzar un fin social, cuya expresión práctica se asimila como valores. Analizar la institucionalidad en el Estado dominicano causa, a veces, impotencia, digo esto a propósito de los múltiples temas más debatidos en los últimos días en los medios de comunicación, específicamente (corrupción administrativa) y las situaciones que puede provocar a nivel institucional el no actuar drásticamente y poner ejemplo, que es una de las cosas que hacen falta en este país, no tenemos un régimen de consecuencias robusto, a nivel de administración pública nos manejamos con leyes muy nobles que recomiendan sanciones, que para los hechos pueden parecer burla, por lo que deben de irse al plano penal. Establecer mecanismos para que un asunto se instituya, nunca debe estar en manos de una persona, debería ser el producto de un conjunto de acciones socializadas, como plataforma legal y legítima, sobre todo si trata de un manejo justo de los recursos del Estado, y es que al reflexionar sobre la palabra institucionalidad en lo referente a los mecanismos de control que sirven para crear las condiciones estructurales e integrales de la sociedad, hablamos del ideario de igualdad de posibilidades entre actores, de lo contrario estaríamos en un Estado desordenado y por demás injusto.
Desde mi perspectiva este nuevo Gobierno, debe de orientarse hacia una nueva institucionalidad, o la creación de la misma, orientada a ser cimentada en los códigos de una nueva ética social política que, por supuesto demanda nuestra sociedad que está en desarrollo; así mismo debe garantizar éxito en el impacto de las políticas de Estado en el Ámbito de sus competencias, dentro de las políticas públicas, pero siempre con la prudencia de que las decisiones sin sopesar las consecuencias a nuestro país les han salido muy caras, por lo que el desmonte gradual en muchos casos será la vía más acertada si queremos cambiar la concepción que los ciudadanos y ciudadanas de la administración pública, es importante repensar prácticas institucionales, mejorarlas orientándolas a optimizar la implementación de las políticas públicas en el marco de un espíritu de sentido compartido y corresponsable. Orientarnos a una nueva institucionalidad solo es posible con cambios estructurados, participación de la sociedad, y el control social.
Desde mi perspectiva, mejorar y darle sostenibilidad a la institucionalidad solo se logra mediante una buena gerencia, la cual debe enfocarse en comprender las actitudes, estimular las capacidades, escuchar las opiniones, instar al hecho de identificarse con la institución donde se labora, animar la equidad, la honestidad, justicia y el cumplimiento de las normas, algo tan simple como ‘ Escribir lo que se hace, Hacer lo que se escribe’’, simple y tan complejo, si escribimos las leyes, porque las mismas dan respuestas a acciones que son necesarias formalizar, entonces cumplamos las mismas acogiendo lo escrito. Esto es aplicable a todos los niveles, y es un gran reto para este nuevo gobierno, el cual ha iniciado con buen pie en el inicio de sus decisiones, y como ciudadana le doy mi voto de confianza. Hasta una próxima entrega.