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Hace cuatro años la canonización de Madre Teresa de Calcuta
En medio del Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco proclamó santa al pequeño «lápiz en las manos de Dios». Trabajadora incansable de la caridad, hizo visible al mundo la pobreza que marcaba las calles de Calcuta y devolvió la dignidad a los que no la tenían. Con nosotros el Padre Brian Kolodiejchuk, postulador de la Causa de Beatificación y Canonización de la Madre Teresa de Calcuta.
Ciudad del Vaticano.- Pequeña, minuta, valiosa, porque en un cuerpo tan delgado Dios había derramado su gracia. A Anjeze Gonxhe Bojaxhiu, la futura Madre Teresa de Calcuta, le había dado espaldas fuertes para soportar las miserias de tantos hombres abandonados en la inmundicia y la resignación; manos trabajadoras capaces de acariciar y curar sus heridas; una voz firme para denunciar la injusticia al mundo y para pedir que repare tantos males.
Amaba a Jesús en cada persona
Nacida el 26 de agosto de 1910, en Skopje, en la antigua Yugoslavia, en 1929 la Madre Teresa comenzó su misión en Calcuta, pero sólo después de dejar a las Hermanas de Loreto, en 1950 fundó la Congregación de las Misioneras de la Caridad, que hoy cuenta con más de seis mil hermanas en el mundo, activas en 130 países. En 1979 se le entrega el Premio Nobel de la Paz, pero ella pide que se donen los seis mil dólares a los pobres de la India. Tras su muerte en 1996, San Juan Pablo II, su amigo fraterno, el 19 de octubre de 2003 la colocó entre los beatos.
El 4 de septiembre de 2016, Francisco la canonizó, recordando su ardua defensa de la vida y la dignidad que Dios había dado a los que se dejaban morir en las orillas de las calles.
“La misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya, y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento”
Fuente: Vatican News