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La violencia de género
Desde mi Perspectiva
Alliett Ortega
Esta semana quiero cambiar un poco el tema de proyectos de inversión, a un tema que ha estado preocupando a todos en la sociedad dominicana, y es la alta tasa de violencia contra las mujeres , diariamente vemos en los periódicos noticias desgarradoras sobre feminicidios, en los últimos 3 meses llevamos 43 mujeres asesinadas, esto nos deja mucho que pensar, y será que la sociedad está legitimando la violencia de género, así lo expone la antropóloga Marcela Lagarde, quien señala que los Estados obstaculizan la lucha contra los feminicidios, y me pregunto qué tan cierto será esta afirmación de Lagarde. Y es que en nuestro país tantos esfuerzos de las entidades correspondientes, campañas masivas en los medios, un rol activo de la procuraduría especial de violencia de Género, no paran las muertes violentas, los casos de violaciones de menores, y otras barbaridades. Desde mi perspectiva entiendo que debemos de seguir confiando en el Estado, porque es la única vía para erradicar el feminicidio, ya que es de donde debemos de trabajar para la transformación de leyes que mitiguen este problema, además de lograr una mayor cuota femenina en la participación gubernamental.
Es importante tomar en cuenta algo, y es que, donde ustedes piensan que se aprende esta violencia, en la televisión donde se burlan de la mujer, y también ridiculizan al hombre, la mujer se vende como una mercancía, en esta música de palabras obscenas que presenta la mujer como un objeto, en las escuelas tampoco se está aprendiendo nada, y es que la lucha feminista debe inculcarse desde ahí. Soy de opinión que la educación es vital como una acción necesaria para mitigar estos problemas, no solo en la escuela, también la del hogar, y es cambiar este modelo patriarcal que tenemos desde la conformación de la República.
Les quiero citar algunas características que hemos identificado en los últimos hechos recientes:
– La violencia funciona como un mecanismo de control social de la mujer y sirve para reproducir y mantener el status quo de la dominación masculina. De hecho, la sociedades o grupos dominados por ideas “masculinas tienen mayor incidencia de agresiones a la mujer. Los mandatos culturales, y a menudo también los legales sobre los derechos y privilegios del papel del marido han legitimado históricamente un poder y dominación de éste sobre la mujer, promoviendo su dependencia económica de él y garantizándole a éste el uso de la violencia y de las amenazas para controlarla.
– La conducta violenta frente a la mujer se produce como patrones de conducta aprendidos y transmitido de generación a generación. La transmisión se hace fundamentalmente en los ambientes habituales de relación.
– Las mismas normas sociales minimizan el daño producido y justifican la actuación violenta del marido. Se intenta explicar atribuyéndola a trastornos del marido o, incluso, de la mujer. Por mucho que el hombre tenga problemas de estrés, de alcohol, de personalidad, curiosamente la violencia sólo la ejerce sobre la mujer no contra un conocido o amigo, y, por supuesto, nunca contra su jefe, por ejemplo.
Puedo continuar citando múltiples características sobre el porqué de esta violencia, pero desde mi perspectiva, y como ciudadana preocupada entiendo que lo más importante es que comencemos a preguntarnos cada uno de nosotros, Quien Soy, y que estoy haciendo desde mi posición para disminuir esta violencia, como estoy criando mis hijos (hombres-mujer), como estoy permitiendo que los programas de televisión, la música, y la moda afecten mis valores, les invito a pensar sobre la Sociedad que queremos, a dar un consejo si alguien lo necesita, aunque no se lo pida, no dejemos todo en manos del Gobierno, el cual tiene su cuota, pero todos nosotros debemos de asumir que tenemos que formar parte del cambio. Hasta una próxima entrega.