Sobre la satisfacción en el matrimonio
Por Betania Cruz
“Familias Sólidas”
Trabajadora Social y Terapeuta Familiar.
La interacción de una relación marital suele ser diversa y dinámica y de ella, sus integrantes forjan expectativas que pueden ser satisfechas o no.
Sostener la satisfacción de la pareja va a requerir entrega y esfuerzo de los dos; así como desarrollar habilidades para sostener uno de sus aspectos importantes, como lo es la comunicación asertiva. Ésta deberá ser genuinamente sincera y constructiva para que favorezca la resolución de cualquier diferencia y/o para celebrar juntos sus aciertos.
Cuando los miembros de la pareja tienen preferencias, hábitos y una rutina similar en el día a día es más probable que se acerquen frecuentemente y se sientan a gusto, juntos. Sus similitudes sirven para atraerse mutuamente y fluir en armonía. Sin embargo, una pareja puede ser muy a fin en cuanto a sus similitudes, más no necesariamente en cuanto a sus satisfacciones. Por ejemplo, en una relación armoniosa los esposos pueden tener en común su rutina diaria, pero sus necesidades de socialización pueden ser diferentes.
Cada uno tiene necesidades afectivas, sexuales, de compañía, necesidades vinculadas a la administración del hogar, cuidado y formación de los hijos, etc. Es decir, cada integrante debe contribuir a que éstas sean suplidas.
Las dificultades suelen aparecer cuando hay más discrepancia en las áreas más importantes relacionadas con sus diferencias.
La satisfacción en el matrimonio surge como resultado de la reciprocidad entre lo que se dá y se recibe; de la determinación de favorecer necesidades puntuales del otro y viceversa; es decir, el intercambio mutuo de palabras y acciones placenteras para ambos y proporcionales a lo que cada uno da e invierte.
Si lo que recibes se corresponde a lo que das, podrás estar satisfecho/a y es que el principio fundamental de la reciprocidad sostiene que se recibe lo que se da y se da lo que se recibe. Por tanto, esta es la gran expectativa implícita de toda relación.
Cuando cada uno en el matrimonio recibe muestras de atención, cuidado, afecto…verbales y no verbales placenteras, según sus necesidades, la relación será satisfactoria para ambos.
La insatisfacción marital ocurre cuando se intercambian escasos comportamientos gratos entre los esposos, si las interacciones deleitosas están limitadas a una sola área [ejemplo, la economía] o cuando uno de los dos ofrece mucho más gratificaciones de las que recibe.
Es natural que en toda relación haya desacuerdos, enojos, decepciones, frustraciones; pero cuando el intercambio de experiencias negativas supera las positivas, el resultado será malestar e infelicidad.
Es importante que todo matrimonio revise, cada cierto tiempo, cómo andan sus niveles de satisfacción y en caso de que descubran una baja reciprocidad sepan que buscando ayuda junto a un profesional entendido pueden encontrar el balance necesario para sostener su relación en equilibrio.
Personas Sólidas forman Familias Sólidas y estas construyen una Sociedad Sólida.