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¿Cómo aprender a decir NO?
Por Laura Saint-Hilaire
Buzón de mis Reflexiones
Establecer límites o no estar de acuerdo con las peticiones de los demás y mantenernos fuera de un mismo criterio es algo que nos toma tiempo aprender.
Requiere de un constante repaso asimilar que estamos en todo nuestro derecho de decir que NO cuando lo sentimos.
Muchos aspectos psicológicos fluyen entorno a esta monosílaba palabra, pero recordemos que su poder es impresionante.
Priorizar el querer de los demás solo para que estén contentos con nosotros, no es válido en lo absoluto.
Incluso hay quienes se sienten culpables y se torturan mentalmente porque consideran una responsabilidad el hecho de las implicaciones a las que puede llevar ese NO en otra persona.
La empatía es uno de los valores más bellos, pero cuando esté se escapa de nuestras manos y viola nuestros propios deseos entonces; estaríamos desvalorizándonos y sino estamos estables con nosotros mismos no podremos servir a otros.
Todos necesitamos sentir ese calor humano que nos respalde.
En caso de anhelar ese afecto, no debemos estancarnos en la idea de siempre dar un SI como respuesta. Porque somos seres errados, imperfectos y estos adjetivos no nos permitirán decir que si a todo.
Por esto se deriva la acción de aprender a decir NO en buenos términos.
Es peor aceptar colaborar en algo solo porque queríamos cumplir con esa persona. Además de que corremos el riesgo de quedar mal.
Asimismo hay que saber discernir cuando alguien pretende abusar de nuestra calidad de ayuda para con otros. Pues solo buscan aprovecharse de esa virtud y en casos ni siquiera nos necesitan.
Es una obligación conocer hasta dónde podemos llegar para con otros.
Nunca debemos hacernos responsables de los compromisos o tareas designadas a terceros. Estamos en nuestro derecho de decirles que no sin sentir remordimiento alguno.
Un gran porcentaje social aún no sabe cómo defender sus ideales y prefieren darles paso a los de otros.
No podemos actuar bajo presión o manejo de alguien más.
No existe una fórmula perfecta de cómo otorgar un NO sin que ambas partes se sientan mal.
Aquí te dejo algunas estrategias que han sido factibles para aprender a decir que no sin titubeos, defendiendo nuestra postura y cuidando el corazón de la otra persona al momento de hacerlo.
Reflexionar antes de dar una respuesta.
Ejercitar el aprender a decir que no.
Si te hace sentir cómodo puedes dar justificaciones, es una técnica para aquellos que se sienten mal al decir que no pueden hacer algo.
Ser directos con lo que sentimos y no andar con rodeos.
No consultar tu respuesta; simplemente darla (algunos prefieren esta opción).
Si no estás capacitado para ayudar puedes hacer una recomendación de alguien que si pueda; así se nota el interés de colaborarle.
Emplear la comunicación asertiva.
Entender cuáles son las diferencias entre ayudar y complacer a la gente. Cuando se crea una fama de ser generoso muchas peticiones se asomarán; pero no todas estarán designadas a resolverse.
Es tiempo de que normalícenos el no estar de acuerdo, no ser capaz, no entender o saber algo y por tal motivo decir con naturalidad que no.
En la actualidad vivimos tiempos que nos permiten constatar que hacer el bien común es vital, siempre que esté no sea un cargo, más bien un servicio que a veces se puede ofrecer y otras veces no se puede.
Ojalá este artículo les funcione a aquellos que quieren emplear el decir que no sin dudar.