50 años después: Relato completo del brutal asesinato del líder revolucionario Amín Abel Hasbún
Su viuda Mirna Santos rememora los dramáticos momentos de esa madrugada, cuando arrestada, embarazada y con un niño de dos años, tuvo que pasar por encima del cadáver de su esposo que sangraba en la escalera.
Fernando Quiroz | Director Aplatanao News
Alrededor de las 6:00 de la mañana del 24 de septiembre de 1970, Día de las Virgen de las Mercedes, sonó el timbre de la casa incesantemente.
Mirna Santos, embarazada, se levantó, asomó al balcón y observó a varios hombres, entre uniformados policiales y de civil. Bajó la escalera, abrió la puerta, y le preguntaron por Amín Abel Hasbún.
Le respondió que su esposo estaba en la habitación. Subieron, ya Amín alertado por lo que sucedía, se había puesto ropa y esperaba.
Vivíamos el primero de los tres recios periodos del presidente Joaquín Balaguer, conocido como los Doce Años (1966/1978), y Amín era, luego del más brillante estudiante de ingeniería de la universidad estatal, líder estudiantil y posterior combativo dirigente revolucionario.
Lo sacaron a la sala junto a su esposa, su hijo Ernesto Van Troi, de dos años, y una joven que cuidaba al infante.
Entonces comenzaron a ejecutar el plan. De repente los agentes exclamaron que encontraron un arma de fuego. Amín ripostó que esa arma la habían colocado ellos, porque él no fue armado a su casa.
Escucharon un diálogo en la cocina entre policías y el ayudante fiscal Tucídides Martínez Howley, quien abruptamente salió nervioso de la casa, argumentando que haría una llamada telefónica al jefe del Servicio Secreto de la Policía, coronel Luis Manuel Arzeno Regalado, desde una estación de combustible al frente.
Amín le gritó que no les abandonara. Que la vida de él y su familia corrían peligro.
Mientras allanaban la casa, Amín, sentó niño en la pierna, y le pidió que le cantará una de las canciones que aprendía en la escuela y Ernesto comenzó a cantarle La Cucaracha, mientras ella lloraba intensamente.
“Deja de llorar, porque mira como tu hijo canta para alegrarnos y verte llorar lo pondrá triste. Tienes que ponerte fuerte”, le pidió su esposo.
Dentro de la casa tres hombres vestidos de civil dirigieron la maniobra, forcejeaban con Amín por llevárselo.
El perseguido, que cargaba en brazos al niño, se negaba a salir sin su esposa. La pareja se abrazó para protegerse, pero ella fue empujada hacia atrás y él arrastrado hasta la escalera. Los hombres bloquearon la puerta por fuera.
En medio de desesperación y el llanto desesperado de su hijo, Mirna escuchó los disparos. Volvió al balcón y pidió auxilio a la gente que se agolpaba.
De lejos ella observaba una discusión y el reclamo del comandante de la patrulla, el teniente uniformado, a los civiles, sobre qué habían hecho. “Coño, tú sabías muy bien que teníamos que matarlo”, le respondió uno de ellos, según recuerda.
Se atribuye al raso Luis Hermógenes López Acosta haber disparado. Luego de cumplir una condena mínima fue puesto en libertad.
Los agentes del Servicio Secreto se marcharon en un carro Chevrolet grande y dejaron a la patrulla con el problema.
Aun así Mirna creía que Amín solo estaba herido, pero dejaron pasar al periodista Rafael Reyes Jerez, de El Nacional, a quien recuerda por su solidaridad, y le informó que estaba muerto, haciendo señal con dedo por el cuello.
El teniente uniformado subió a la casa y le pidió que se cambiara de ropa, todavía estaba en bata de dormir, porque tenía orden de llevarla arrestada al cuartel general de la Policía junto al niño.
Quisieron que un policía la acompañara en el baño mientras se cambiaba y lo rechazó indignada, en medio de tanto dolor. Se la llevaron presa a junto al niño y a la joven que colaboraba con los quehaceres de la casa.
“Como la escalera era estrecha, tuvimos que pasar por encima del cadáver de Amín”, relata reviviendo el sufrimiento.
El oficial policial le advirtió que contemplaría una situación muy desagradable, y le ofreció se apoyara en él. Se negó, y crecía su impotencia, desbordada por la fuerza.
Su hijo vio cómo su papá, de 28 años de edad, se desangraba, tirado en la escalera. La cabezada destrozada.
Su cuerpo quedó boca abajo, y sus manos parecían agarrarse del filo de uno de los escalones. Gruesos hilos de sangre tiñeron de rojo la escalera.
Luego de unas cinco horas arrestadas mandaron a buscar a Mirna desde la oficina del jefe de la Policía, general Elio Osiris Perdomo Rosario, quien supuestamente en nombre del presidente Joaquín Balaguer, se unía al dolor de la familia.
Un coronel del Ejército, pariente de la esposa de Faisal, hermano de Amín, gestionó fuera entregada a la familia vía él.
Fueron a funeraria en la avenida Bolívar, y decidieron velarlo por dos días en la explanada de la facultad Ingeniería de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Llevan su nombre calles, centros educativos, una estación del Metro de Santo Domingo y la emblemática facultad de Ingeniería y Arquitectura donde él estudió con notas sobresalientes.
La UASD instauró en su honor el “Premio al Mérito Estudiantil Amín Abel Hasbun”.
El dirigente político Fidel Santana, autor de la biografía de Amín, Un Gigante Dormido, calificó el asesinato como una de las tragedias más dolorosas del pueblo dominicano. “Fue un paradigma de la juventud y sus ideas fueron el pretexto para arrancarle la vida”, estimó.
En su libro está basada la película “339, Amín Abel Hasbún: Memoria de un Crimen”, dirigida por el cineasta Etzel Báez.
Dime Mirna, qué se siente, de qué tamaño fue ese dolor, escribió Jimmy Sierra y cantó José Antonio Rodríguez.
El decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UASD, ingeniero Amparo Céspedes Hidalgo, recordó que al llegar a la academia durante los últimos momentos de la vieja tiranía, respiró aquel aire de libertad.
Que desde estos mismos muros se esparcían por todos los rincones de la Patria y sintió de repente que su compromiso era con el pueblo y con esta universidad, señala Céspedes Hidalgo.
Luchó, dijo, activamente por la Autonomía y Fuero de esta Universidad, así como porque esta institución fuera abierta, democrática y popular y decididamente dedicada a servir al pueblo dominicano y no a las élites sociales.
En enero de 1963 participó activamente en plan de movilizaciones estudiantiles que promovió el grupo Fragua y que fueron precursoras del Movimiento Renovador y cuyos principales planteamientos sirvieron de base a la Universidad de hoy, abierta, democrática y popular.
“Cuando se produce el golpe de Estado contra el gobierno constitucional del Profesor Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963, le corresponde a Amín encabezar, como presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), las grandes movilizaciones estudiantiles que enfrentaron la barbarie golpista”, destaca el decano.
Después de la guerra de abril y de establecido el Movimiento Renovador en la UASD, como continuador de esa Gesta heroica, Amín continuó sus luchas de principios en defensa del pueblo dominicano y en contra del régimen de Balaguer iniciado en1966.
Tras su muerte, el Consejo Universitario lo invistió con el título de Ingeniero Civil Magna Cum Laude y toda la familia universitaria le rindió los homenajes por sus aportes en las luchas en defensa del pueblo dominicano y de los estudiantes pobres que ahora podían acudir a una universidad abierta y popular.
“Nuestra Facultad se enaltece al llevar su nombre y al honrar su memoria y erigió un busto de Amín y una tarja con una de las frases que inmortalizó sus luchas:
‘¡LOS REVOLUCIONARIOS SEGUIMOS HACIENDO LA REVOLUCIÓN AUN DESPUÉS DE MUERTOS, CUANDO YA NO TENEMOS VOZ PARA PROPAGAR LAS IDEAS REVOLUCIONARIAS, CUANDO YA NO TENEMOS VIDA PARA EMPUÑAR UN FUSIL, TODAVÍA NOS QUEDAN LOS HUESOS PARA QUE SIRVAN DE BANDERA!’”.
Origen familiar
Amín nació el 12 de octubre de 1942, hijo de la pareja palestina. Su padre Mahoma Abel Nafise y su madre Liliana Hasbún Wesnom. Ambas familias llegaron a República Dominicana por diferentes vías.
Mahoma y Liliana se casaron y prosperaron con tiendas de textiles. Sus hijos fueron Jalim en el 1940, Amín en el 1942, Faisal en el 1944, Abdalah en el 1945 y Musa en el 1947. Mahoma murió el 12 de diciembre del 1988 y doña Liliana el 2 de abril de 2009.
Aniquilado en la escalera
El crimen se produjo en su casa, en un segundo nivel, de la calle Francisco Henríquez y Carvajal 339, en las proximidades de la avenida San Martin, sector Villa Consuelo, Santo Domingo.
Muy cerca había un edificio comercial desde donde se cree se estableció una vigilancia para determinar que Amín estaba en la casa.
Un día antes de la muerte su hermano Faisal lo llevó a su casa y al ver vigilancia en los alrededores le advirtió que se cuidara. Reaccionó como en otras ocasiones, diciendo que no fuera cobarde, en palabras más llanas.
Tenía cuatro días en la casa. Estaba asignado por su partido a actividades en San Pedro de Macorís y La Romana para sacarlo de la capital, la zona activa donde era buscado.
Mirna le había enviado una carta al Este donde él estaba, manifestándole sus frustraciones y miedos por tanta represión sufrida y que se acrecentaban con el embarazo.
Siempre estuvo presente en las ausencias, en fechas como su cumpleaños, 28 de septiembre. Le hacía llegar una carta, una pintura o artesanía hecha por él.
“El vino a la capital a hablar conmigo. Y cómo se acercaba mi cumpleaños él quiso darme un testimonio de su amor, a su hijo y su familia”, puntualiza.
Le dijo que tenía su regalo guardado para ese día y nunca supo qué era porque en el allanamiento que hicieron luego de su asesinato se lo llevaron todo.
Carmen Mazara, viuda de El Moreno, y compañera del MPD, narró que dormía con un pequeño radio de batería encendido al lado. Cerca de las 6:30 de la mañana escuchó en el noticiario de Radio Mil la información de la muerte.
Gladdy Gutiérrez era su vecina en la calle Francisco J. Peynado. La llamó y de inmediato le pidió que se pusiera ropa y se fueran “Mataron a Amín”. Este acontecimiento estremeció el país.
“Seguirá siendo mi héroe”
“Yo tengo recuerdos muy hermosos de mis relaciones con Amín. Siempre he dicho que Amín sigue siendo mi héroe porque la templanza, capacidad de entrega y humildad que tenía, estaban por encima de la realidad de lo que él era”, expresa Mirna.
Era, agrega, un hombre humilde, muy puro y de ideales sanos, que no se ufanaba de su condición de clase media ni de estudiante y profesional brillante.
Fue un político que se entregó con toda su fortaleza a luchar por lo que él creía, que eran los ideales más profundos.
Tuvo conciencia de una época en que América Latina se debatía en las luchas revolucionarias, demandas de gobiernos liberales.
Dejó inconcluso el libro América Latina Busca Su Camino.
Boda por la Iglesia con un izquierdista
Mirna es oriunda de Puerto Plata y vino a Santo Domingo en el 1962 para completar los dos últimos años del bachillerato en el colegio Santo Domingo, en la avenida Bolívar.
En su pueblo natal ya ella tenía inquietudes revolucionarias, participando en actividades de Unión Cívica Nacional y luego del Movimiento 14 de Junio.
De retorno a la casa de su hermana Milqueza Santos de Toyos, donde vivía, en la avenida Independencia, pasaba por las proximidades de la UASD.
En uno de esos cruces se entretuvo, en el 1963, viendo manifestaciones estudiantiles cuando Amín se postulaba como secretario general de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), entidad que lideró por muchos años.
Se hicieron amigos, y luego él la visitaba a casa de su hermana, casada con Hugo Toyos, miembro de la comisión política del 14 de junio, y responsable de la capacitación política revolucionaria.
Se hicieron novios y planificaron casarse el 24 de abril de 1965 en Puerto Plata. Ella había exigido que el matrimonio fuera por la Iglesia Católica y él no se opuso.
La familia de Amín y amigos de ideología, del Grupo Fragua, ala izquierda de los grupos estudiantiles, se trasladaron al lugar para participar en la boda. Entre los acompañantes figuraban Teobaldo Rodríguez, Narciso González (Narcisazo) y Narciso Isa Conde.
Tras el mediodía del 24 de abril, con el llamado del doctor José Francisco Peña Gómez, de que el pueblo se lanzara a las calles, los compañeros de Amín decidieron regresar a Santo Domingo.
Su padre tuvo que lograr un permiso con el gobernador de Puerto Plata, Luis Ginebra, para la realización de la boda en la noche en la iglesia. Lograron casarse, pero no pudieron salir de la ciudad por el toque de queda dictado.
Al otro día, domingo, al llegar a Santiago, donde tenía una reservación, había una multitud en las calles. Uno de los líderes reconoció a Amín y lo invitó a pronunciar un discurso desde la azotea de una casa vieja.
Siguieron a Constanza, donde tenían otra reservación en el hotel gubernamental Nueva Suiza. Allí la población echaba a los empleados de sus puestos y tuvieron quedarse a dormir en una habitación sin servicios.
Al amanecer, salieron hasta Santo Domingo, y veían como la gente salía de la ciudad con colchones, camas y otros ajuares, haciéndole señal de que se devolvieran.
Comenzaron a escuchar estruendos de armas de guerra y la idea era buscar la orientación de la dirección de la organización 14 de Junio, que tenía su local en la calle El Conde.
Amín fue asignado a combatir en la zona norte de Santo Domingo, en las inmediaciones de Villa Francisca, y Mirna no supo de él por más de dos semanas. Le llegaban mensajes sobre él vía dirigentes del 14 de Junio.
Atravesando los terrenos del entonces aeropuerto General Andrews, actual terreno del Estadio Olímpico, que era monte, logró retornar a casa de sus padres que residían en La Esperilla.
Muy agotado, cambió ropa, descansó y en la tarde se trasladaron hasta Ciudad Nueva donde encontraron una desocupada casa y se mudaron en las proximidades de la calle Billini.
En el Parque Eugenio de Hostos, el 14 de Junio creó la Academia Militar 24 de Abril para orientar a los integrantes de los comandos, y Amín fue designado como director político.
Destreza en la lectura
Era un lector voraz. Tenían una gran capacidad para condensar libros en libretas de hojas rayadas, datos que utilizaba para organizar sus discursos. Sentado en una mecedora, colocaba una tabla, y pasaba horas estudiando las obras completas de Lenin y Marx.
En cada libro iba subrayando con tinta o lápiz fluorescente lo que consideraba más importante. Realizaba comentarios en los laterales.
En los allanamientos realizados por la Policía desmantelaron numerosos documentos importantes.
La luchadora antitrujillista Maricela Vagas, amiga de Amín, era la encargada del mural de la facultad de ingeniería. Lo recuerda como un verdadero líder, inteligentísimo, honesto, solidario, heroico. En una anécdota jocosa, cita que en una ocasión Amín llevó a guardar una caja de libros a su casa porque era activamente perseguido por la Policía. Entonces fue en la casa de Maricela, espacio de frecuentes reuniones del 14 de Junio, que la Policía realizó allanamiento y se llevó los libros. “Salió peor el remedio que la enfermedad”, le dijo luego Amín, causando la risa.
Amín había concluido la carrera de ingeniera. No presentó la tesis de grado. Era un hombre muy organizado, educado y formal en su accionar profesional e intelectual.
Como líder estudiantil fue fue arrestado varias veces en marchas estudiantiles. Era puesto en libertad días después.
Cuando duró varios meses presos en La Victoria tras ser sorprendido en zona arrocera de Arenoso, en el nordeste, en trabajo de formación política de campesinos, 1969.
Ruptura con el 1j4
Amín y un grupo de dirigentes salió del 14 de Junio y pasó al Movimiento Popular Dominicano (MPD) por diferencias ideológicas. Entre ese grupo estuvieron Fafa Taveras, Moisés Blanco Genao, Julio de Peña Valdez, Rafael Cocuyo Báez.
Fueron acogidos por Maximiliano Gómez y Otto Morales, cabezas del MPD.
Secuestro del coronel Crownley
Amín, con seudónimo de Amable, dirigió el comando que secuestró al teniente coronel Donald Crownley, agregado militar de los Estados Unidos, forzando la liberación de 21 presos del MPD, encabezado por el líder Maximiliano Gómez, conocido como el Moreno, en prisión desde enero de 1970.
Los dirigentes del MPD habían iniciado una serie de acciones para impedir la reelección del presidente Joaquín Balaguer para el periodo 1970-1974. Establecieron el “Comando Unificado AntiReeleccionista.
Familiares y amigos advertían que era inminente la muerte de los miembros del MPD en la cárcel.
Balaguer, quien gobernaba desde julio de 1966, implementó un régimen violatorio de las libertades, con encarcelamientos, desapariciones forzosas y muertes de opositores.
En esa etapa, gobernó los llamados Doce Años, hasta agosto de 1978.
En una operación táctica con precisión de ingeniería, con las coordenadas establecidas, el grupo secuestró a Crowley la mañana del 24 de marzo de 1970. Le daban seguimiento y sabían la hora que salía a actividades deportivas en un hotel céntrico de la capital.
Con El Moreno preso, Otto Morales, quedó como segundo hombre al mando del MPD.
Mirna afirma que desconocía que su esposo se había enrolado en esa acción.
“Amín no compartía las cosas importantes del MPD, con eso era muy cerrado”, dijo.
Balaguer, inicialmente estaba renuente a negociar. Se aprobó una comisión negociadora integrada por el arzobispo de Santo Domingo, monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito; el rector de la UASD, doctor Rafael Kasse Acta, y el presidente de la Asociación Dominicana de Abogados (Adoma), doctor Bienvenido Mejía y Mejía.
Se acordó que los presos, incluido El Moreno, fueran trasladados a México y Crowley fue dejado en libertad.
Entre los presos canjeados por el coronel estadounidense estuvieron, además de Maximiliano Gómez, Clodomiro Gautreaux, Roberto Matos Vallejo, Miguel Reyes Santana, José Ignacio Marte Polanco
Luis Emilio Arias, Winston Franklin Vargas Valdez (Platón), Efraín Sánchez Soriano (Pocholo), Angel Darío Alcántara, Manolo Plata (Freddy Valdez), José Gil Torres y Luis Larancuent Morris, Juan Pablo Gómez y Héctor Dumariel Santana.
Además de Otto y Amín, el secuestro fue atribuido a Rafael Taveras Rosario (Fafa), Manuel de Jesús Checo Lubriel, Rafael Luna Cabrera, a los esposos Héctor Ortiz Jáquez e Ivonne Altagracia Payano, entre otros.
El entonces jefe de la Policía, general Rafael Guillermo Guzmán Acosta, reveló el 9 de junio de 1970 que el caso había sido resuelto, tras el arresto de Ortiz Jáquez, quien fue severamente torturado en la cárcel.
El 16 de julio de 1970, Otto fue localizado en una casa de la calle José Contreras donde se refugiaba y lo acribillaron a tiros.
El 23 de mayo de 1971, El Moreno fue encontrado asfixiado por gas en Bruselas, Bélgica, y su eliminación se imputa a un plan de la CIA.
De Otto a Amín
Luego del asesinato de Otto, que generó muchos comentarios adversos al gobierno de Balaguer, Amín entendía que había disminuido la persecución contra él y los demás miembros de la izquierda que eran buscados.
La noche antes del asesinato, Amín le relató a Mirna, sentados en la sala del apartamento, que como él tenía la cobertura de haber sido dirigente estudiantil reconocido, eso lo protegía de una decisión de represión violenta.
“Se equivocó totalmente, porque Amín le dieron una muerte más brutal que a Otro Morales”, dijo Mirna.
Esa noche, como tantas otras ese sector era castigado con un enorme apagón, esperaban la visita de Moisés Blanco Genao y Edgar Erickson Pichardo con quien ella estuvo en horas de la tarde en el campus universitario, con el mensaje de que Amín estaba en la casa y que quería verlos. Nunca llegaron.
Trabajó en Metaldom
Cuando Amín terminó sus exámenes finales en la Facultad de Ingeniería, él trabajó en Obras Públicas haciendo su reválida. Luego consiguió una contrata con la empresa Metaldom, situada en la Autopista 30 de mayo, que comenzaba su instalación, y necesitaba los cálculos de las estructuras donde ubicarían sus maquinarias.
Nunca presentó su tesis de grado y la UASD le otorgó su título como Ingeniero Civil Summa Cum Laude, póstumo.
Del 1965 al 1970, cuando adoptó un trabajo partidario intenso. Estuvo varios meses presos en La Victoria tras ser sorprendido en zona arrocera de Arenoso, en el nordeste, en trabajo de formación política de campesinos.
Mirna era ayudada económicamente por sus padres y los de Amín. La contrataron en la UASD como secretaria y asistente administrativa, primero del departamento de Deportes, luego del Departamento de Derecho Público y Privado de la Facultad de Derecho. Luego en la Escuela de Medicina.
Amín hijo: Ideales humanistas
Seis meses de embarazo tenía Mirna de Amín Abel Santos, quien nació el 22 de diciembre, tres meses después del asesinato de su padre.
Luego de cinco décadas, Amín hijo, quien estudió arquitectura en la facultad que lleva el nombre de su padre, destaca que el hecho que sea reconocido y valorado por los jóvenes, habla muy bien de la proyección de su figura política y humana que sigue inspirando a muchos en eso ideales que más que comunistas fueron humanistas.
“Ser hijo de Amín Abel es un legado muy importante en mi vida ha marcado sin lugar a dudas mi estructura ética moral y profesional”, dijo.
El otro hijo, Ernesto se graduó de biólogo en la UASD y mediante beca de una organización internacional continúo los estudios en el extranjero. Actualmente es profesor investigador en Las Vegas, Nevada.
Hermano Faisal: Mi madre jamás volvió a sonreír
El reconocido baloncestista Faisal, hermano, un año y medio menor que Amín, lo evoca desde la niñez cuando jugaban trompo, chichigua, bolas y pelota en la pared. Aunque resalta que Amín prefería mantener mente ocupada, y mientras otros se divertían, él leía un libro.
Cada año que pasa su muerte le duele más a la familia.
El luchó por la libertad del pueblo y la honestidad. Muchas se veces se pregunta para qué murieron hombres como él.
Su madre jamás volvió a sonreír. No volvió a maquillarse la cara y regaló las prendas a sus nietas. Su padre Mahoma lloraba desconsolado desde que encontró a su hijo tirado en la escalera.
Carmen Mazara: Fue un golpe demoledor
Carmen Mazara, viuda de El Moreno, rememora cómo llegó Amín al MPD, pues parecía un integrante de toda la vida.
“Fue uno de los mejores compañeros que ha pasado por las filas revolucionarias. Humilde, sencillo, trabajador, solidario”, dijo.
Se destacó en los trabajos organizativos, conceptos para teorías sobre los movimientos que se sucedían en el ámbito nacional e internacional.
“Fue una persona muy dedicada a las tareas del partido. El Moreno sentía una gran admiración por él y le llamaba de cariño El Turco”, recuerda.
Las muertes de Otto y Amín fueron golpes demoledores.
Dos días antes de la muerte de Amín, se encontró con él en la UASD, acabando de regresar ella de La Habana, Cuba. Fue muy rápido porque no se podían dejar ver, pero atinó a decirle, “Ay Turco, cuídate, cuídate”.
Estando ella presa en La Victoria llegó a ver al raso Luis Hermógenes López Acosta con muchas libertades dentro de la cárcel.
Entiende que fue un crimen de Estado, al igual que muchos otros. Nunca van a condenar a alguien. Simulaban
Gobierno de Balaguer protegía a quienes mataban revolucionarios, expresó convencida.
El procurador general de la República era Marino Ariza Hernández y recibió a la familia días después del crimen.
Canciones, poemas y cine
A Amín le gustaban las canciones de Daniel Santos, Tito Rodríguez, Niní Cáffaro y Felipe Pirela. Antes de casarse iba al cine con hermanos y disfrutan películas de Pedro Infante.
Con frecuencia le recitaba a su esposa el poema «Volverán las Oscuras Golondrinas» de Gustavo Adolfo Bécquer.
Disfrutaba la comida árabe de su madre: Quipes fritos y crudos con aceite verde y el dulce Baklava.
Fuente fotos: Archivo General de la Nación