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¿Por qué las víctimas no denuncian la violencia?
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Cada año el Ministerio Público en nuestro país dice recibir más de 65 mil denuncias en las distintas unidades de atención de víctimas de violencia de género, sin embargo, ellas tan sólo representan un 20 por ciento de los casos suscitados entre parejas o ex parejas.
A propósito de los 16 días de activismo contra la violencia de género, que inicia el 25 de noviembre y culmina el 10 de diciembre de cada año, promovidos por la Organización de las Naciones Unidas, permítanme dedicar este espacio de promoción de paz a la importancia de motivar a las víctimas a acudir ante las autoridades para registrar sus denuncias de violencia.
¿A qué se debe que las mujeres no denuncien? Es una pregunta que muchas veces nos hacemos y es que, para poder comprender los motivos, lo primero que debemos es entender la situación de las víctimas, llenas de ansiedad, miedo, vergüenza, culpa, aislamiento y muchas veces confundidas y desconocedoras de sus derechos y de los procesos judiciales.
Fácil es criticar, pero hemos de pensar y tomar en cuenta que cuando se adopta esa decisión de querellarse contra su agresor, en la mayoría de casos dependientes económicamente, con quien ha convivido durante un tiempo considerable y con hijos de esa relación, la víctima deduce que con su denuncia corre más riesgo su vida y que todo cambiará.
Muchas mujeres no creen que sus parejas o ex parejas agresoras puedan materializar las amenazas que les hacen de asesinarlas si siguen rechazando regresar a la relación y mantienen la esperanza de un cambio de conducta que no llega a producirse.
Otras, dependientes económicamente, no cuentan con el dinero para costear los gastos para trasladarse a la Unidad de Atención, contratar abogados y dejar que alguien cuide sus hijos, razones por las cuales desisten de querellarse y entonces permanecen en el círculo de la violencia, terminando muchas veces en feminicidios.
Muchas también normalizan la delicada y compleja situación y les da miedo denunciar, pensando que con esto evitan generar más violencia, las cuales al estar aisladas de sus entornos familiares y de amistades, no cuentan con una red de apoyo que les ayude a salir de ese estado de indefensión que las mantiene como paralizadas en un túnel sin salida.
En una conferencia virtual ofrecida la pasada semana por la experta española María José Rodríguez de Armenta, invitada por la Escuela del Ministerio Público, expresó que “los agresores seductores saben convencer a la persona que tienen enfrente de que es alguien intachable e incapaz de producir un maltrato a nadie”.
Explicaba la experta española que, ese tipo de agresor tiene una personalidad tendente a ser depresivo y celoso y habitualmente solo son violentos dentro del ámbito familiar, más aún cuando entienden que han perdido el control sobre la mujer.
Ahora bien, para la especialista, que entrenó al personal del Centro de Intervención Conductual de Hombres que opera en la ciudad capital, a las mujeres es importante hacerle entender que el problema existe y que su situación puede ser de riesgo y superarlo requerirá de su cooperación y decisión.
“Hay que decirle dónde se denuncia, cómo se hace y cuáles son las medidas de protección que debe mantener, como evitar discusiones en el área de la cocina donde hay armas blancas y organizar su escapada con documentos importantes, y algo de ropa en una maleta” puntualizó.
Amplía diciendo que la mujer víctima de violencia debe enseñarles a sus hijos e hijas cómo pedir ayuda, dónde deben escapar y qué deben hacer en caso de presentarse una situación de riesgo.
En fin, en estos 16 días debemos seguir orientando a la población femenina a cómo identificar cuando son objetos de violencia y de malos tratos, insistiéndoles que ellas son únicas, especiales y merecen una vida libre de violencia.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur