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Bajo Escrutinio: dominicanos, democracia e independencia
Por Rolando Hernández
La República Dominicana nació como Estado el 27 de febrero del año 1844 cuando un grupo de jóvenes dominicanos decidieron ser una nación libre.
El proceso de liberación se inició con la llamada organización secreta, La Trinitaria fundada en 1838 por el creador de la nacionalidad dominicana y Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte y Diez.
La Trinitaria alcanzó su mayor gloria con el Grito de Independencia del 1844 cuando los dominicanos decidieron como un solo hombre expulsar de manera definitiva a los haitianos que los habían gobernado por espacio de 22 largos años.
Duarte en compañía de Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, son los Padres de la Patria de la nación dominicana.
En sus 177 años de vida republicana, la República Dominicana ha sido gobernada por gobiernos dictatoriales y democráticos.
Su democracia se ha forjado a sangre y fuego con su lucha permanente contra gobiernos internos y externos que no han querido lo mejor para los dominicanos.
Aunque no cuentan con un sistema plenamente democrático debido a la endémica debilidad institucional y miopía de la clase gobernante, los dominicanos gozan de un sistema democrático que les permite gozar de derechos y deberes para su desarrollo social.
La división de los poderes como el Ejecutivo, Judicial y Congresional sigue siendo un sueño. La figura del presidente aún mantiene una lista de poderes ilimitados.
La justicia por lo general ésta bajo sospecha de sus actuaciones y el poder congresional no da muestra de una auténtica representación del poder que emana del pueblo.
Los cambios no han sido necesarios para fortalecer el sistema democrático. Bajo esta realidad viven los dominicanos de la isla caribeña y los que decidieron vivir en el extranjero, pero que también son víctimas del sistema que los valora por los números que representan y que hoy superan más de dos millones en el mundo , en particular en Estados Unidos.
Esos números son los más de 10 mil millones de dólares que aportan en envió de divisas a la mal posicionada económica dominicana en la actualidad.
Gracias a esos dineros que abarcan a toda la isla, millones de familias dominicanas pueden satisfacer sus necesidades básicas de alimento, vivienda, educación y salud.
Todos los dominicanos, los de adentro y los de afuera tienen la esperanza de que, en su momento, la real democracia sea la que impere como una forma de imponer el orden interno, especial para no permitir que políticos corruptos ocupen una posición pública.
La nueva administración gubernamental que encabeza el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha dado muestras de que la democracia dominicana puede ser fortalecida, pero es una acción que amerita tiempo, persistencia y consistencia. No solo basta con tener buenas voluntades hay que actuar.
El autor es un periodista, educador y escritor dominicano radicado en el Estado de Nueva Jersey. Puede ser contactado en: rhernandez5@hotmail.com