Mamá agradecida y bendecida
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Ser promotora de la cultura de paz es una labor con la que comprometo día a día, que inicio con cultivarla desde mi interior, para así poder ser fuente de ella en mi hogar, la comunidad y la sociedad.
No se trata de una simple pose en las redes sociales, sino del convencimiento de que abordar y solucionar los conflictos en forma pacífica constituye la mejor vía de convivir en armonía, por eso lo he asumido como un compromiso de vida.
Mi adorada madre Nerva Gómez de Fondeur, que en paz descanse, solía decirme “siembra, siembra que la cosecha llegará” y esto lo tengo muy presente.
Como mamá me siento infinitamente bendecida, ya que diariamente observo y valoro que la siembra de amor y valores que, junto a mi esposo, hemos realizado ha dado como resultado el cultivar de nuestras hijas e hijo una cosecha de sus hermosos frutos.
Escuchar en cualquier momento “Mami te amo”, “Mami eres mi ángel”, “Mami eres mi sol” o “No hay mejor mamá que tú” no tiene precio, pero si un valor inmenso que proporciona gozo infinito en mi corazón.
Ayer Día de las Madres, vi brotar lágrimas de felicidad, por cada testimonio de amor que escuché o di lectura de mis tesoros de vida: Laura de 31 años, Pamela de 28 y Enrique de 23. A ellos les sumo las hermosas palabras de mis yernos Anmer y Thiaggo, dos maravillosos hijos que hemos ganado en nuestra familia.
En fin, inmensamente agradecida de haber recibido una educación en valores y de multiplicarla en nuestros descendientes.
Como mamá estoy muy consciente de que no contamos con un manual para convertirnos en modelos ejemplares, pero si tratamos de poder sobrellevar cada etapa de la vida de la mejor forma posible, respetando y aceptando la particular forma de ser de cada ser, sin comparaciones, dedicando tiempo de calidad, escuchando asertivamente y estimulándoles siempre.
Como progenitora vamos construyendo en cada proceso soluciones alternativas, removiendo obstáculos, brindando el mejor de los comportamientos para que nuestros descendientes puedan multiplicar las enseñanzas de vida de la mejor manera posible.
El rol de una madre amorosa y entregada realmente no tiene precio.
Ayer fue un día más para pedir la bendición a la mía, Nerva Gómez de Fondeur, de recordarle que la sigo amando, de lo orgullosa que me siento con los valores que nos formó y de desearle eterno descanso en paz como merece una alma de tan noble corazón.
Agradecida de Dios por haber disfrutado de su compañía por 83 años y recordándola como una periodista empírica, que vivía súper informada de todo el acontecer nacional e internacional y que estoy segura de que hubiese sufrido mucho con las tristes noticias de los afectados por el Covid.
El amor de mamá es incondicional, está presente en los días y las noches, en las alegrías y las penas, en las preocupaciones y esperanzas, siempre aspirando a formar mujeres y hombres de bien, cimentados en valores, que se desarrollen sanamente y construyan sus propios proyectos de vida y de familias en armonía.
Dios bendiga, proteja y guarde a nuestros hijos e hijas, quienes merecen convivir en paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur