Cuando te deja tu primer amor!

Sexos sin Guerras

Driva Cedeño

Para muchas este título les hace pensar en su primer despecho o guayabo que sufren tras la primera vez que se enamoran y te dejan, rompiendo su corazón, pero no es así!

Nuestro primer amor, el primer hombre que amamos es a nuestro Papá, que en esta cultura latina se ha visto marcada por su impactante ausencia, en donde nuestras madres se ven en la obligación de hacer el papel de madre y padre a la vez, el cual jamás  llegan a cumplir, ya que es imposible por una condición natural. Así como se necesitaron los dos para pro-crearnos, de esa misma manera deben estar los dos para formarnos.

No quiero entrar en profundidades sociales ni en pragmatismos morales, simplemente usted Papá, se ha preguntado alguna vez  Cómo ese precoz abandono, marca la pauta de cómo serán las relaciones futuras de su hija?; Usted realmente sabe el impacto que tiene ese sensación de abandono (que no entendemos al principio), con el cual aprendemos a vivir toda una vida y que jamás se supera?

Las mujeres que hemos crecido con el abandono de nuestros Papas, tenemos constantemente la sensación de angustia y de miedo, a que nos hagan lo mismo que nos hizo aquel hombre que alguna vez nos dio la vida. Sabía usted lo difícil que es establecer vínculos de confianza y seguridad con otro ser humano, cuando tenemos esta constante preocupación de que nos van a dejar?

Bajo este esquema se hace la vida bastante difícil de disfrutarla, sentimos que no estamos completas, que esa parte que nos falta las debe llenar algo (vicios) o alguien (parejas), que hay una ausencia constante de protección y amor, a su vez no entendemos que sucedió o que hicimos para que nos abandonara. Entonces, para no volver a pasar por ese dolor inexplicable, optamos por algunos de estos comportamientos:

Ser nosotras quien abandone primero, sin saber realmente si la otra persona ya no quiere estar con nosotras, perdemos la oportunidad a lo mejor de ser feliz con alguien y los dejamos antes que ellos a nosotras.

 Necesitar constantemente garantías que nos aman y que están comprometidos con nosotros, esto se vuelve asfixiante para la contra parte, porque todo el tiempo está a prueba y al final termina dejándonos, porque inevitable es desgastante estar en el ojo del huracán permanentemente.

 No conectarse emocionalmente con el otro, esto sería encariñarnos con esa persona, que ya nosotros sabemos que en cualquier momento nos deja, entonces nunca nos conocen ni nosotros nos permitimos conocer a la otra persona.

 Nos volvemos egoístas y solo enfocamos nuestras vidas en nosotros mismos, logrando ser exitosas en la universidad, trabajos, etc. Lo cual nos da el poder y la libertad de tener el control sobre las cosas que están bajo nuestro dominio, pero con la amargura de estar solas y no tener con quien compartir ese Éxito.

 No nos sentimos merecedoras de que nos amen, y cuando coincidimos con alguien que logra amarnos, hacemos todo lo posible por sabotear la relación, para que nuevamente termine en lo de costumbre…El Abandono!!!.

Al pasar de los años vamos madurando, entendiendo, deslastrándonos de este peso de muchos años, pero en ese transcurrir hemos perdido personas valiosas y de igual forma hemos salido lastimadas porque es inevitable.