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Secuelas que podría dejar la pandemia a los niños y adolescentes
Por Josinell Martínez
ComunicArte
La mayoría de los niños y adolescentes que cursan un nivel escolar se han visto sumergidos en el inesperado aislamiento social impuesto que ha provocado alteraciones de las rutinas diarias, especialmente a los niños. Entre las medidas destinadas a reducir la propagación del virus (COVID19), fue el cierre de las escuelas trasladando el aprendizaje en casa o en línea como medida de distanciamiento social.
Esta nueva metodología, para la cual una minoría de la población estaba preparada, dio como consecuencia el cierre de 143 centros públicos y privados a nivel mundial, lo que provocó que alrededor del 67.6% de la población estudiantil de todo el mundo fuera afectada por diversas situaciones.
La transición fuera de las clases presenciales ha perturbado considerablemente la vida de los estudiantes y sus familiares, lo que supone un riesgo potencial para el bienestar mental de los niños. Un cambio brusco en el entorno de aprendizaje y la limitación de las interacciones y actividades sociales plantean una situación inusual para el cerebro en desarrollo de los niños.
Según una investigación realizada por Shah et al., (2020) los niños podrían experimentar ciertos problemas dentro de esta nueva forma de estudio, una mayor angustia debido a la falta de disponibilidad de ayuda y atención adecuadas por parte de los instructores y maestros capacitados, lo que hace que la educación sea más costosa para ellos y sus familias, ya que necesitan utilizar tiempo, apoyo y recursos adicionales. Debido al cierre de las escuelas, se dificulta la interacción y la comunicación de los alumnos con sus compañeros, el juego, los ejercicios y las actividades entre iguales, que han demostrado ser vitales para el crecimiento, el desarrollo y el aprendizaje de las jóvenes mentes humanas.
Según esta investigación, los niños que corren un mayor riesgo son los más pequeños, ya que sus cerebros aún se están desarrollando y están expuestos a altos niveles de estrés y aislamiento, lo que puede provocar un desarrollo anormal permanente.
Los niños expuestos a factores de estrés como la separación por aislamiento de sus familias y amigos, ver o ser conscientes de miembros gravemente enfermos afectados por el coronavirus, o el fallecimiento de seres queridos o incluso pensar en su propia muerte por el virus, pueden hacer que desarrollen ansiedad, ataques de pánico, depresión y otras enfermedades mentales.
Pero, ¿Cuáles serían las secuelas que podría dejar la pandemia en los niños y adolescentes?
El COVID-19 puede dejar un serio impacto negativo en la salud mental de los niños y adolescentes. Puede provocar mayores precipitaciones en el desarrollo de ansiedad, ataques de pánico, depresión, trastornos del estado de ánimo y otras enfermedades mentales. Los cuales podrían tener efectos adversos no deseados en el aprendizaje y la salud mental. Además, las dificultades que se ha visto en el proceso educativo que están inmerso la mayoría, ha traído consigo bajos niveles de rendimiento escolar, debido a la poca adaptación que han tenido algunos.
Dichos efectos negativos sobre los resultados académicos, pueden traer problemas como frustración al no aprender y comprender la clase, irritabilidad por no interactuar con sus compañeros, la falta de concentración y desinterés por realizar actividades a través de un dispositivo; mientras que los jóvenes presentan problemas emocionales como: depresión, ira , intolerancia, autoestima y de identidad por lo que han recurrido como escape al uso excesivo de las redes sociales, vídeo juegos o cumplir retos que incluso ponen en riesgo su integridad física, entre otras cosas.
Esto es preocupante, esperemos que las autoridades gubernamentales puedan tomar conciencia de esta situación para el inicio del año escolar; así como lo anunciaron que será presencial y conozcan posibles consecuencias de salud mental y problemas de rendimiento escolar que nos espera en las aulas.
La autora es psicóloga con maestría en neuropsicología clínica.