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La Autolesión no suicida (ANS), un mal silencioso. II
Josinell Martínez
ComunicArte
La autolesión en adolescentes ha adquirido mayor relevancia en los últimos años. La prevalencia-vida se estima en un 7.5-8% en preadolescentes, incrementando hasta un 12-28% en adolescentes, y hasta un 40- 80% en adolescentes en muestras clínicas (Washburn et al., 2012).
El manejo de esta patología se basa principalmente en la terapia cognitiva y de afrontamiento. La prevención es el pilar fundamental de este trastorno, haciendo énfasis en una historia clínica completa y teniendo en cuenta los signos de alarma de suicidio.
El diagnóstico de este trastorno se debe realizar teniendo en cuenta los criterios diagnósticos propuestos en el DSM 5, acerca de autolesión no suicida.
Entre los signos y los síntomas de las autolesiones se pueden incluir los siguientes:
- Heridas con frecuencia en patrones.
- Cortes nuevos, arañazos, hematomas, marcas de mordeduras u otras heridas.
- Frotamiento excesivo de un área para crear una quemadura.
- Mantener objetos afilados al alcance.
- Usar mangas largas o pantalones largos, incluso en climas cálidos.
- Denuncias frecuentes de lesiones accidentals.
- Dificultades en relaciones interpersonales.
- Inestabilidad del comportamiento y emocional, impulsividad e imprevisibilidad.
- Declaraciones de impotencia, desesperanza o falta de valor.
Prevención
No hay manera segura de prevenir la conducta de autolesión de un adolescente. Pero reducir el riesgo de que haya autolesión incluye estrategias que involucran a individuos, sus familiares, los maestros círculo de confianza y las comunidades
- Adolescente en riesgo y ofrecer ayuda.A una persona en riesgo se le puede enseñar resiliencia y una capacidad saludable de enfrentar desafíos o situaciones, que se pueden utilizar durante los periodos de angustia.
- Estimular los vínculos sociales. Muchas personas que se autolesionan se sienten solas y desconectadas. Ayudar a alguien a crear conexiones saludables con otros que no se dañan a sí mismos puede mejorar las habilidades para relacionarse y comunicarse y crear un vínculo de apoyo.
- Crear conciencia. Enseñar en los centros de estudios, las familias, sociedad, etc. sobre las señales de advertencia que indican la existencia de autolesiones y sobre qué hacer cuando tienes una sospecha.
- Exhortar a buscar ayuda. Animar a los niños, los adolescentes y los adultos a evitar el secretismo y a que busquen ayuda si están preocupados por un amigo o un ser querido.
- Hablar en los medios de comunicación. Los medios de noticias, la música, redes sociales y otros canales de visibilidad alta que muestran autolesiones, pueden impulsar a niños y jóvenes adultos vulnerables a experimentar. Por tanto, Enseñar a los niños a pensar críticamente sobre las influencias que los rodean podría reducir el impacto dañino.
Tratamientos psicológicos.
Los resultados indican que ningún tratamiento para las autolesiones ha demostrado suficiente evidencia en adolescentes. La terapia basada en mentalización (MBT-A) ha demostrado eficacia en un estudio y la terapia dialéctica-conductual (DBT-A) ha demostrado efectividad. Las terapias cognitivo-conductuales (TCC) son las que muestran resultados más prometedores en diversos contextos (Muehlenkamp, 2006).
En cualquier caso, la función de los psicólogos se concentra en la disminución de la frecuencia y la intensidad de estas conductas como en el aprendizaje de formas de pensamiento y de relacionarse con los demás que permitan eliminar la conducta y gestionar las emociones de una forma sana, eliminando (el estrés, angustia, baja autoestima, etc.) De manera adaptativa para obtener mejores resultados con terapias basadas en evidencia científica.
Referencia bibliográfica.
Mollà, L., Batlle Vila, S., Treen, D., López, J., Sanz, N., Martín, L. M., Pérez, V., & Bulbena, A. (2015). Autolesiones no suicidas en adolescentes: Revisión de los tratamientos psicológicos. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 1(1). https://doi.org/10.5944/rppc.vol.1.num.1.2015.14408
Giordano, A., Lundeen, L. A., Scoffone, C. M., Kilpatrick, E. P., & Gorritz, F. B. (2020). Clinical Work With Clients Who Self-Injure: A Descriptive Study. The Professional Counselor, 10(2), 181-193. https://doi.org/10.15241/ag.10.2.181