El Rol de la academia en el desarrollo de políticas públicas
Alliett Ortega
Desde mi Perspectiva
Esta semana en desde mi perspectiva quiero que abordemos un tema imperante en nuestro país, y en la región, y es la necesidad de que desde las universidades se propongan políticas que anticipen los dilemas del futuro mediante la investigación aplicada, los diálogos plurales y el acompañamiento a la función pública, como parte de ser un eje transformador de la política pública. Es en contextos de tanta crisis y emergencia, como el actual, en los cuales tenemos más plasticidad y permeabilidad para darnos estas discusiones más estructurales y llegar a resultados más sólidos, y es que las universidades deben de retornar a su rol de ser un veedor de la cosa pública, y crítico de las medidas a medias, pero claro siempre cerrando el ciclo aportando soluciones a problemas reales de la sociedad.
Y es que la pos pandemia ya llegó, y desde la academia tenemos que trabajar en conjunto con el Estado, solo si tomamos iniciativas, somos proactivos, y marcamos agenda, vamos a lograr una incidencia mayor, pero todos juntos, no por separado, nuestro país no aguanta más agendas separadas, o individuales para el bien de unos pocos. El mundo entero se encuentra inmerso en una reconversión laboral en la cual las universidades se tienen que hacer escuchar con urgencia, y nuestro país no es una excepción, hace falta que demos una mirada innovadora sobre el proceso educativo, desde la educación básica a la superior , estamos llamados a crear nuevos modelos más inclusivos que no están atados a las formalidades de la tradición universitaria, y es que los tiempos cambiaron, y por ende la educación debe moverse acorde a los tiempos, hablamos de una era de la tecnología , pero sin dejar de lado la estructura, el método, el análisis crítico, cada vez se hace más necesario no solo formar profesionales, sino ciudadanos socialmente responsables. Desde mi perspectiva la universidad da el espacio de pensamiento neutro y plural, aporta más visión de largo plazo para la construcción de políticas públicas, esas políticas públicas que son una responsabilidad del Administrador del Estado, pero que si lo dejamos solos sin involucrarnos no podremos salir del circulo vicioso de las agendas de los partidos.
Y es que las universidades deben trabajar con un esquema de estrategias emergentes que nos permitan, a partir de un problema de coyuntura, encontrar soluciones inscriptas en una estrategia de futuro, llevarlo a la discusión con todos los sectores, y presentar propuestas y mejoras a esas políticas públicas que se encuentran estancadas, o que no dan respuesta a los problemas actuales, ya que en el momento de aprobarla, la situación era otra a la actual, y es que en la mayoría de los casos seguimos en el plano del discurso, y eso tiene que ver con la dificultad para asumir los problemas de gestión transversal de las transformaciones que se requieren como país, es por esto que se hace necesario un diálogo intra e intersectorial que nos permita resolver problemas del Estado y de la sociedad, sin medias tintas, y con la suficiente madurez de tratarlos que ninguna parte de la sociedad, o partido político se sienta ofendido o cuestionado, ya que el destino de toda una nación dependerá de este diálogo sincero en busca de soluciones reales a nuestros problemas.
Desde mi perspectiva necesitamos que las instituciones universitarias se empoderen como agentes de cambio y transformación social, y para eso es imprescindible garantizar una voz de autonomía universitaria, facilitar la innovación y promover la constitución de comunidades de aprendizaje y el trabajo colaborativo y en red, sin que por el hecho de emitir juicios o exigir cumplimiento se establezca una campaña de señalamiento o de exclusión de las universidades. Temas como salud, seguridad pública, mejoramiento vial y del transporte público, seguridad ciudadana entre otras son de las temáticas que se deben abordar, aspectos que desde la academia se pueden aportar las distintas miradas interdisciplinarias de los estudiantes como futuros profesionales, y los académicos, a fin de generar propuestas factibles que contribuyan a la gestión del futuro de nuestro país, ya que no son estos entes educativos que forman los profesionales que necesitamos, pues desde este núcleo , con ese futuro en crecimiento busquemos soluciones. Se trata que, desde la perspectiva de cada disciplina, se pueda contribuir con propuestas factibles y pertinentes, que aborden y contribuyan a tratar problemas públicos relevantes, de manera tal que la gobernanza de nuestro país esté fundada de aportes de las universidades y del mundo académico.
La generación de este tipo acciones y propuestas desde las universidades debe poner énfasis en la relación que debe existir entre la academia y la gobernanza, como una práctica necesaria y útil para el desarrollo de un país. No sólo porque las universidades y centros académicos forman futuros profesionales que constituirá el capital humano futuro de las Políticas públicas, sino porque desde la academia hay tareas innegables de contribución a elevar las capacidades y competencias de los profesionales del país.
Hasta una próxima entrega.