Reflexiones sobre la amistad

Pienso y Luego Escribo

Iranna Flaviá Luciano

Qué bueno es cuando las cosas de la vida marchan bien, que todo sale como lo pensado, cuando ante el mundo estás logrando metas estar rodeado de personas.

Estar rodeados de personas no es lo mismo que la cuidadosa palabra “amigo”, cuando amigo es algo más.

Un amigo es la persona bien intencionada que siempre te dice las cosas tanto buenas como las que no; procura tu bienestar.

Amigo es aquel que piensa bien de ti, no importa que comentarios malintencionados otros hayan creado, siempre está ahí para defenderte.

No importa si te pasa la vida de bonanza a carencias siempre dirá sí, buscará soluciones a tu lado, y querrá ayudarte.

No es aquel que quiere sacar ningún provecho, ni con tu nombre, ni con tu persona, ni con tus conocimientos, es el que se cree igual a ti en muchos sentidos.

Es aquel que tiene la autoestima lo suficientemente alta como para no sentir celos, ni intrigas ni envidia por tus triunfos.

Se dice que se conocen a los amigos o compañeros de la vida en el hospital o en la cárcel, y no hay mejor forma de explicarlo.

Qué persona va a querer ir a visitar a alguien enfermo? no está listo, no puede salir a disfrutar, está en medio de problemas de salud, y cuidado si algo se me pega.

Quién va a querer ir a visitar a alguien en la cárcel? si desde que a cualquiera le pasa cualquier inconveniente lo que viene es negar esa amistad.

Por esto es tan importante la parte de los sentimientos, y no monetizar, ni proyectarse a través de alguien, por llamarlo tu amigo.

El amigo es aquel que rompe fronteras, siempre está a tu lado, nunca te deja solo, y te acompaña en tu recorrido.

Por esto las mejores amistades vienen sin que las llames.

Pienso y luego escribo: La amistad es como el amor, sino se siente, no se da.