Presentación de la obra “Trujillo y el Papa, Diplomacia en Santa Sede y Más Allá”
El nuevo libro del embajador Víctor Grimaldi Céspedes fue presentada por su colega y representante diplomático de República Dominicana en Italia, Tony Raful.
La obra que presentamos en la noche de hoy, contentiva de las experiencias diplomáticas del embajador Víctor Grimaldi Céspedes, ante el Estado del Vaticano, es un mosaico cultural donde se consignan con tonalidades de relieve histórico, sus prácticas, iniciativas, compartimentación y aportes en el campo de la diplomacia, ostentando la representación honrosa que desde el año 2009 hasta el año 2020, le correspondió vivir. Se trata de una asignación memoriosa que transcurre en el ejercicio de una voluntad de Estado que dignificó y elevó a espacios importantes, las excelentes relaciones entre el Vaticano y el Estado dominicano.
El pequeño Estado del Vaticano tiene una importancia trascendente, congrega en su consagración historica, la fuerza moral y espiritual más incisiva de nuestro tiempo. Al diseño ruin de las guerras de conquista y odio, el Vaticano contrapone una fuerza moral de dimensiones gigantescas. Su señorío de luz y sus balaustradas y espacios del arte religioso, su solemnidad convergente, las filípicas que emanan de las palabras de su Santidad, tienen la aplicación solemne de la lucha por la paz, de la preservación de valores, el rechazo al horror, a la violencia sistemática, a la ausencia de todo efluvio divino. Hay una construcción del amor que emana del discurso y la doctrina cristiana que abre las compuertas al ecumenismo, al esfuerzo magno de consagración y espiritualidad, a la solidaridad de la especie humana.
Por la compleja distribución arrítmica de la historia dominicana, como la definió el ex Presidente de la República, Juan Bosch, el siglo veinte constituyó una miscelánea de experiencias sociales y políticas que diferenciadas en el ejercicio del mando político, explican el complejo proceso social que catapultó la definición del Estado. Venimos de patrañas y dependencias coloniales, cuya acumulación de factores propios, implícitos en una necesidad orgánica de diferenciación, nos abocó en el siglo 19 a la cristalización de valores que se concretaron en la lengua y las creencias, en el código solemne del patriotismo, en la espiral magna de una Patria codificada en el ideario del Padre de la nacionalidad, Juan Pablo Duarte y sus compañeros.
La instauración de una dictadura férrea y omnipresente en el siglo 20, como la de Trujillo tuvo perfiles y características únicas, unida en su interior social y político de mando, por una concepción del Estado basada en la obediencia y el despotismo, lealtad a postulados esenciales de coherencia y sustentación social, que posibilitaron el reordenamiento económico, el impulso a la concreción de una modernidad relativa, a la centralización absoluta de los poderes y el culto al caudillo, monopolizador de todas las voluntades y opresor absoluto de los derechos y libertades democráticas. Para compendiar ese proceso y las relaciones entre el Vaticano y la República Dominicana, el Embajador Grimaldi hace acopio de su experiencia en este hermoso texto que presenta en la noche de hoy. El título de la obra es revelador, “Trujillo y el Papa, Diplomacia en Santa Sede y más allá”.
Momento culminante de las relaciones entre Santa Sede y República Dominicana lo constituyó la firma del Concordato el 16 de junio de 1954 en el papado de Pio X11, suscrito por Monseñor Doménico Tardini por la Santa Sede y Trujillo por el Estado dominicano. En su obra, el Embajador Grimaldi reproduce el texto del Concordato. Un documento de gran valor histórico. La lectura de esta pieza garantiza una buena relación sustentante de los procesos sociales, organización familiar, devoción cristiana, responsabilidades en la conducción y cumplimientos de deberes y acciones mutuas sobre todo en el campo de la educación, el respeto a los símbolos y acatamiento de principios y orientaciones mutuas.
Sin embargo el interés de Trujillo era proyectar una imagen tutelar de su ego, benéfica y paternal, propósito trunco que fue negado por la valiente Pastoral de los Obispos dominicanos de enero de 1960 en defensa de los jóvenes torturados del Movimiento Clandestino 14 de junio, contradicciones entre la Iglesia dominicana y Trujillo, censurando las arbitrariedades del régimen, que desataron acciones vandálicas patrocinadas por Trujillo en perjuicio de sacerdotes, prelados jóvenes seminaristas católicos.
El Embajador Grimaldi relata la defensa asumida durante su representación frente a una campaña sistemática desatada contra la República Dominicana, acusando a nuestro país de practicar una política de discriminación y perjuicios en contra de ciudadanos haitianos, tratando de distorsionar la realidad de los hechos. Y así, el Embajador Grimaldi siguiendo instrucciones de la Cancillería dominicana y dando a conocer las posiciones oficiales del país, contrarrestó en Italia y en Europa, estas monstruosas torceduras.
En esta obra se resalta el desempeño en una posición de tanta envergadura, de apoyo a cuantas declaraciones y posiciones oficiales contribuyeron a la solidaridad de los pueblos y al esclarecimiento de muchas denuncias irresponsables. El trabajo de un diplomático siguiendo las directrices del Presidente de la Republica y de la Cancillería, reviste compromisos con su ejercicio profesional y sobre todo con la verdad historica, frente a campañas difamatorias del buen nombre alcanzado por nuestro país, cuya generosidad y solidaridad han sido cónsonas con las virtudes y el sentido fraterno del pueblo dominicano.
El autor de esta obra destaca la reseña historica de la diplomacia vaticana, y el rol desempeñado por el Papa Juan Pablo Segundo, en la lucha sostenida por la paz ante la proliferación de conflictos en distintas partes del mundo, atenazados por un desplante ético de grupos y sectas engullidas por el odio visceral, la dominación arbitraria y la destrucción de valores primigenios y esencias espirituales que constituyen el valor fundamental de la existencia humana.
En la obra se resalta el trabajo del Papa Benedicto XV1 dándole continuidad al Papa Juan Pablo Segundo en regiones convulsionadas del mundo, siempre enarbolando la paz justa como principio y destino de la civilización humana. Parte importante de este testimonio del Embajador Grimaldi es el rol que juega en la actualidad en lucha por esos valores el Papa Francisco, sus discursos, sus llamamientos, sus homilías, su roles de mediaciones en los conflictos más graves y agudos, su voz alta, moralmente superior, plena de amor por la humanidad lacerada por las guerras y los conflictos de diversos tipos y naturaleza, pero en cuyo centro troncal opera el monstruo del egoísmo y la maldad de los hombres.
Esta obra tiene el encanto de darnos un compendio informativo, es historia y seguimiento de un proceso intenso que continúa resistiendo, es palma victoriosa del amor como propuesta, lo único que puede interceder ante la locura marcial de este tiempo. Uno se pasea por las páginas de esta nueva obra del Embajador Grimaldi, con deleite y sentido informativo. No cesa el encanto de los datos aportados, múltiples referencias, propuesta de promoción de nuestro país a través del turismo cultural y religioso, Feria del Libro, coordenadas, proyectos científicos y tecnológicos, que en su gestión fueron contactados, visitas e intercambios y conocimientos de actividades de interés para nuestro país.
Esta obra trae testimonios gráficos, hermosas fotografías a color, registros del tiempo datado y de la entrega y dedicación que este Embajador ha dado nuestro país, asumiendo sus responsabilidades como formidable representante de la nación y de las relaciones diplomáticas. Novedades y citas de valor histórico, entre ellas, reproduce la foto original de la entrevista del Papa Pio X11 y Trujillo, junto a su séquito ministerial y de Poder en el Vaticano, en 1954, una foto impresionante de múltiples lecturas y de imaginación creativa.
Gracias Embajador Grimaldi por esta nueva obra de contenido histórico escrito con profesionalidad y apego estricto al decurso de aquella visita de Trujillo a Roma y los pormenores de la misma, y por toda la cantidad de datos ofrecido, así como por el trabajo metódico, constante y justo realizado por usted en representación de nuestro país.
Tony Raful Tejada
Embajador de República Dominicana en Italia