La confianza, el don más preciado en la vida y en las relaciones
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Luego Escribo
Anoche mientras veía una serie española de Netflix Vivir sin permiso, en todas las interacciones de los actores siempre hay frases que se te quedan.
En esta oportunidad me quedé con una que aunque muy rebuscada, sumamente dicha, es una que en momentos determinados llega y te dices a ti misma, sí, es cierto.
Hablaba de que las palabras se las lleva el viento, y nada más cierto, puesto que las palabras son de viento y se quedan en el, se pierden, siempre que la mente no las registre en comparación con los hechos.
Sí, los hechos amables lectores, cuando las personas son observadoras, y que escuchan bastante para ver si el lenguaje no verbal del cuerpo va en coordinación con lo que se dice, se tiende mucho a comparar.
Hay aspectos en la vida del ser humano a la hora de levantarse cada día que priman en el momento de decir arriba, llegó un nuevo amanecer.
Muchos dicen que es la fe, esa que cree en las cosas aún sin haberlas visto, aunque se hayan sentido.
Pero me voy a un aspecto que es más comprobable, puesto que se pone a prueba día a día y habla por sí solo, y es la confianza.
La confianza aparte de que se tiene fundamentos en que la misma te ayuda con la fe, tiene que ver mucho con los seres humanos, puesto que es algo que pasa por el filtro de prueba-error.
Pero la confianza es algo más que creer, es más profundo que eso, puesto que no son los momentos, las situaciones, las benevolencias, los pecados lo que la ponen en tela de juicio, simplemente es creer en la persona.
Dicen que el hombre es el y sus circunstancias, y no creemos en algo por las acciones del día a día que se forman de distintos factores, algunas que pueden agradarme según mi criterio, y otras que no.
La confianza si pudiera definirla, la definiría como el amor, ya que en el no cabe la duda, me explico, cuando se ama algo no se buscan los motivos, los por qué, simplemente es un sentimiento que brota desde lo más profundo, me hace reaccionar, y que se consolida con el tiempo, sin importar las variables.
Hay un aspecto en la vida de los seres humanos que es la parte del corazón, muy importante, porque dependiendo de su naturaleza, de el brotan muchos comportamientos que a diario vemos.
El que ama solo cuida, protege, no importan las circunstancias, la conveniencia, y de ahí la importancia de la confianza.
La confianza es la que hace a personas más cercanas o simplemente las aleja para no contagiarse con comportamientos.
La confianza hace que me interese tu vida, que quiera descubrir más de ella, que quiera estar contigo, puesto que tu vida le da valor a mi vida y entretiene tu compañía, las horas pasan rápido.
La confianza hace que se compartan los puntos de vistas más profundos, sin que se guarden reservas, cuando comenzamos a reservar hay un aspecto que no está claro, si hay confianza nada es a medias.
Pero sobre todo queridos lectores, la confianza no nace de un día para otro, así como las amistades, así como nuestras relaciones personales, necesita de una estabilidad cuando comprobamos que quieres lo mejor para mí; si hoy nos acercamos y hablamos no significa que somos amigos, más si conocidos.
Las relaciones se basan en el tiempo, y nada es circunstancial, así como la lealtad de los perros, siempre a tu lado, prefiriendo tu compañía a la de los demás, cuando los patrones se repiten y el lenguaje corporal sigue siendo el mismo. Así es la confianza, ni negro ni blanco, si gris, en el medio, siempre creyendo, siempre atenta.
Pienso y Luego Escribo: No por mucho madrugar amanece más temprano, para que correr si podemos caminar, así como el buen vino son las buenas compañías, cada año que pasa mejor, más dulces, con más cuerpo.